El Día del Niño es la fecha perfecta para consentir a los más pequeños de la casa con actividades divertidas y sus comidas favoritas. No obstante, también es un buen momento para reflexionar sobre los hábitos alimenticios que enseñamos a los más pequeños, así como fomentar una dieta más balanceada que los ayude a crecer sanos, fuertes y sin problemas de salud.
Aunque algunos alimentos pueden parecer inofensivos o irresistibles, sobre todo cuando están orientados al consumo infantil, si se comen con demasiada frecuencia pueden llegar a afectar la salud de los niños, desde alteraciones en el metabolismo hasta problemas dentales. Por eso te explicaremos qué alimentos son los que deben de consumirse con moderación cuando se trata de las dietas en las infancias.
Estos alimentos suelen ser muy comunes en las celebraciones infantiles o en la alimentación del día a día de nuestros pequeños, pero es importante enseñar a los niños cómo alimentarse, demostrarles que pueden disfrutar de ciertos alimentos de vez en cuando, pero que lo mejor para su cuerpo y bienestar es mantener un equilibrio, sobre todo con estos productos que resultan bastante problemáticos.
Azúcares refinados
Estos se encuentran presentes principalmente en dulces, golosinas y pasteles. Los azúcares refinados pueden llegar a causar picos de energía seguidos de fatiga, además de favorecer la aparición de caries o contribuir en la aparición del sobrepeso y enfermedades metabólicas que pueden agravarse fácilmente, aún en las infancias.
Bebidas azucaradas y gaseosas
Además de contener grandes cantidades de azúcar, que van a dañar el metabolismo de los pequeños, y en algunos casos cafeína, el consumo frecuente de este tipo de bebidas puede llegar a deshidratar el organismo, dañar el esmalte dental y aumentar el riesgo de obesidad infantil. Lo mejor es brindar agua natural o jugos naturales sin azúcares añadidos para que el pequeño se hidrate y disfrute.
Alimentos ultraprocesados
Productos como las papas fritas, las galletas empaquetadas, los pastelillos comerciales y otros snacks industriales son muy comunes en las dietas infantiles. No obstante, estos elementos suelen tener altos niveles de sodio, grasas saturadas y aditivos, productos que no aportan nutrientes esenciales y, en cambio, pueden llegar a afectar el apetito, el desarrollo y la relación de los niños con una alimentación saludable.
