El calcio es un mineral esencial para mantener la salud ósea, y su consumo adecuado es fundamental para prevenir problemas como la osteoporosis o la fragilidad ósea. A menudo, asociamos el calcio con productos lácteos, pero existen otros alimentos que pueden brindarnos este importante nutriente como las almendras, nueces, brócoli, coliflor, tofu, entre otros.
Sin embargo, existen otras formas de obtener calcio a través de alimentos para fortalecer la salud ósea, como las semillas. Estas son una excelente fuente de nutrientes y pueden aportar diversos beneficios para la salud, dependiendo del tipo de semilla. Por ello, aquí en GastroLab, te compartimos una semilla que deberías implementar en tu dieta, debido a sus múltiples beneficios y su gran aporte de calcio, ideal para fortalecer nuestro sistema óseo.
¿Ya sabes de cuál semilla se trata? Pues es nada más y nada menos que las semillas de sésamo, las cuales son ricas en minerales, grasas saludables y proteínas, lo que las convierte en un superalimento perfecto para complementar nuestra nutrición diaria. Ya sea en ensaladas, yogur, batidos o incluso como ingrediente principal en panes y galletas, las semillas de sésamo son una excelente manera de reforzar tu ingesta de calcio sin necesidad de recurrir solo a los productos lácteos.

¿Qué otros beneficios ofrecen las semillas de sésamo?
Además de ser una fuente de calcio, las semillas de sésamo también ofrecen otros beneficios para la salud. Contienen antioxidantes que combaten el estrés oxidativo y las enfermedades del corazón. También tienen propiedades antiinflamatorias que ayudan a reducir el dolor en las articulaciones, lo que puede ser beneficioso para quienes padecen de artritis o dolores musculares. Por tanto, su consumo regular no solo fortalece los huesos, sino que también mejora la salud general.
Para obtener los mayores beneficios de las semillas de sésamo, es importante consumirlas molidas o trituradas, ya que de esta manera el cuerpo puede absorber mejor sus nutrientes. Puedes agregar una cucharada de semillas molidas a tu desayuno, como complemento en tu batido o como parte de la mezcla para hacer pan.
Si prefieres las semillas enteras, también puedes incorporarlas en granos o como topping para ensaladas. No olvides que, como con cualquier alimento, la clave está en la moderación y la variedad.