El consumo excesivo de sal es un grave problema de salud pública que puede llegar a tener consecuencias serias para el organismo. De acuerdo con la Revista UNAM Global, la Universidad Nacional Autónoma de México ha emitido alertas desde el 2021 sobre los riesgos que implica una dieta alta en sodio y cómo esto puede afectar la salud de los riñones y el sistema cardiovascular. Aquí te explicaremos más sobre ello.
Aunque la sal es un ingrediente fundamental en la alimentación, su abuso puede derivar en diversas enfermedades importantes. El sodio, componente principal de la sal, es un mineral esencial que ayuda a regular el equilibrio de los líquidos en el cuerpo y participa en funciones neuronales y musculares. No obstante, cuando se consume en exceso, puede provocar un gran aumento en la presión arterial, lo que afecta directamente tanto a los riñones como al sistema cardiovascular.
De acuerdo con los expertos de la UNAM, la ingesta elevada de sal puede derivar en problemas como la hipertensión arterial, la insuficiencia renal y otros padecimientos crónicos. Por eso, en el marco del Día Mundial del Riñón, que se celebra el segundo jueves de marzo, los especialistas destacan la importancia de moderar el consumo de sal para prevenir estas enfermedades. Los riñones desempeñan un papel crucial en la eliminación de toxinas y el mantenimiento del equilibrio en el cuerpo. Un exceso de sodio en la dieta puede sobrecargar su función, causando daño progresivo y aumentando el riesgo de insuficiencia renal.

Cómo evitar el daño en los riñones por el exceso de sal
La UNAM recomienda, para evitar estos problemas, reducir el consumo de alimentos ultraprocesados, los cuales suelen tener grandes cantidades de sodio. Además, productos como los embutidos, las sopas instantáneas, las botanas saladas y las comidas rápidas pueden llegar a ser perjudiciales si se consumen en exceso. En lugar de estos elementos, se sugiere optar por una dieta rica en frutas, verduras y proteínas naturales. Todo esto ayudará a mantener un equilibrio adecuado de electrolitos en nuestro cuerpo.
También se aconseja leer las etiquetas de los productos antes de comprarlos, con el fin de identificar la cantidad de sodio que contienen. La Organización Mundial de la Salud recomienda un consumo máximo de 5 gramos de sal al día, lo que equivale aproximadamente a una cucharadita de este producto. Para evitar superar esta cantidad sin darnos cuenta, es importante verificar cuáles son los nutrientes de los alimentos que consumimos y así asegurarnos de no exceder la cantidad justa de sodio.
Por último, es importante fomentar hábitos saludables como beber suficiente agua, realizar actividad física de forma regular y acudir a revisiones médicas periódicas. Detectar a tiempo los problemas relacionados con el consumo excesivo de sal o con enfermedades en los riñones puede marcar la diferencia en la prevención de problemas de salud. La UNAM nos recuerda que pequeños cambios en la alimentación pueden generar un gran impacto positivo en nuestra salud renal y cardiovascular, así como en el organismo en general, mejorando nuestra calidad de vida.