Las naranjas son una de las frutas de temporada en México que se comercializan ampliamente durante el mes de febrero. Aunque comúnmente las asociamos con la preparación de jugo por su gran contenido de este cítrico, la verdad es que ofrecen mucho más. Si después de exprimirlas te sobran algunas, no las desperdicies; conviértelas en una deliciosa mermelada casera.
Preparar mermelada de naranja es una forma ideal de aprovechar esta fruta en su mejor momento. Su sabor combina notas cítricas, dulces y ligeramente ácidas, lo que la convierte en el complemento perfecto para panes, yogures o como relleno de pasteles. Además, no necesitas ser un experto en la cocina para hacerla, ya que su proceso es más sencillo de lo que parece.
La naranja es una de las frutas más populares, no solo por su característico sabor, sino también por sus numerosos beneficios para la salud. Gracias a su alto contenido de vitamina C, fortalece el sistema inmunológico, ayudando a prevenir resfriados y mejorando las defensas del cuerpo. Sus antioxidantes también benefician la piel al combatir el envejecimiento prematuro y estimular la producción de colágeno, manteniéndola saludable y radiante. Sin duda, la naranja es una fruta que merece un lugar especial en tu dieta diaria.
Cómo preparar mermelada de naranja casera
Ingredientes:
- 1 kg de naranjas (preferiblemente de piel fina)
- 500 g de azúcar
- 1 limón (su jugo)
- 250 ml de agua
Preparación
- Lava y pela las naranjas: Retira la cáscara de las naranjas, reservando parte de la piel para darle un toque especial. Quita la parte blanca para evitar que quede amarga.
- Corta la fruta: Pica las naranjas en trozos pequeños y retira las semillas. Si usas la cáscara, córtala en tiras finas y blanquéala (hiérvela 3 minutos y descarta el agua).
- Cocina la mezcla: Coloca en una olla las naranjas picadas, el azúcar, el jugo de limón y el agua. Cocina a fuego medio durante 30-40 minutos, removiendo constantemente para evitar que se pegue.
- Revisa la consistencia: Cuando la mezcla espese y tome una textura de mermelada, retira del fuego. Haz la prueba del plato frío: coloca un poco en un plato, deja enfriar y pasa el dedo; si no se junta, está lista.
- Envasa: Vierte la mermelada caliente en frascos esterilizados, cierra bien y deja enfriar boca abajo para sellar al vacío.
