Aunque la fibra es uno de esos nutrientes que es muy fácil conseguir en el día a día, muchas veces pasamos por alto este elemento precisamente porque pensamos que nuestra alimentación ya aporta la cantidad suficiente para que nuestro organismo funcione correctamente. La fibra no solo ayuda a regular la digestión, también nos ayuda a mantener bajo control los niveles de glucosa en la sangre, favorece la saciedad y contribuye a la salud cardiovascular.
Sin embargo, también es muy fácil no llegar a consumir las cantidades adecuadas de fibra diaria si no le ponemos atención a nuestra alimentación. Es aquí cuando nuestro cuerpo comienza a enviar señales que indican que se necesita un poco más de fibra en tu dieta; síntomas que, si aprendemos a reconocer correctamente, nos pueden ayudar a corregir nuestro consumo antes de que aparezcan problemas más serios.
Lo correcto es que incluyamos frutas, verduras, cereales integrales y legumbres en nuestra dieta, de forma que alcancemos el consumo diario de fibra recomendada. No obstante, cuando esto no sucede, es posible que te encuentres ante algunos malestares que no son otra cosa más que tu cuerpo pidiendo fibra en tu alimentación. Aquí te vamos a decir cuáles son las tres formas en las que el organismo te indica que necesita más de este nutriente.
Estreñimiento frecuente
Este es uno de los síntomas más evidentes de que a tu cuerpo le falta fibra. La dificultad para ir al baño de manera regular se puede presentar si el organismo no recibe lo suficiente de este nutriente, ya que la fibra aporta volumen a nuestras deposiciones y facilita su paso por el sistema intestinal. Así, su ausencia va a generar estreñimiento y los malestares abdominales asociados a este.
Hambre constante
Si notas que después de comer el apetito regresa muy rápido, es posible que no estés consumiendo suficiente fibra. Este elemento nos ayuda a mantener la saciedad por más tiempo y evita los picos de hambre frecuentes que nos hacen comer de más. Así que, si notas cómo el hambre se hace presente poco tiempo después de haber comido, aun cuando ya estabas satisfecho, es posible que no estés consumiendo suficiente fibra.
Cansancio y fatiga
Ya que la fibra también influye en cómo el cuerpo va a procesar la glucosa, si no la consumimos en cantidades suficientes el azúcar puede subir y bajar de forma brusca en nuestro organismo. Esto va a generar cansancio, falta de energía, dificultad para concentrarse y fatiga constante. Solo recuerda que, ante cualquier problema de salud o molestia que presentes, es importante que consultes con un profesional de la salud para que te guíe en el tratamiento adecuado de estas afecciones.
