Las semillas de chía se han convertido en un alimento muy popular dentro de las dietas saludables gracias a su alto contenido de fibra, omega 3, antioxidantes y minerales. Sin embargo, como sucede con cualquier superalimento, su consumo no es recomendable para todas las personas.
A pesar de que se asocian con múltiples beneficios como mejorar la digestión, reducir el colesterol y apoyar la salud cardiovascular, existen ciertos grupos que deben tener precaución antes de incorporarlas a su dieta diaria, ya que en algunos casos, su consumo podría causar efectos adversos si no se controla adecuadamente.
Por ello, especialistas en nutrición y salud digestiva recomiendan consultar al médico antes de consumirlas de manera frecuente, especialmente si se padece alguna condición médica o se está bajo tratamiento farmacológico. Estas son las personas que deberían limitar o evitar el consumo de las semillas de chía.
¿Quiénes deben evitar o tener precaución con la chía?
Las personas con problemas intestinales o digestivos, deberían de hacer un consumo responsable y estratégico, debido a su alto contenido de fibra soluble que también puede causar hinchazón, gases o estreñimiento en personas con intestino irritable, colitis o enfermedades digestivas inflamatorias. Es importante comenzar con pequeñas cantidades y aumentar gradualmente bajo supervisión médica.
Al aportar, Omega-3 puede tener un efecto anticoagulante natural, lo que aumenta el riesgo de sangrado en quienes ya toman medicamentos como warfarina o aspirina, así que personas que toman anticoagulantes o antiplaquetarios es muy importante que valoren el tema con un experto.
Algunas personas pueden presentar reacciones alérgicas leves o moderadas, como picazón en la boca, urticaria o dificultad para respirar, por lo que ante cualquier síntoma, se recomienda suspender su consumo y acudir al especialista. Asimismo, para personas con presión arterial baja, las semillas pueden contribuir a reducir la presión arterial.
Las semillas de chía son un alimento saludable, pero no son aptas para todos. Antes de incorporarlas a la dieta de forma constante, lo ideal es consultar con un médico o nutriólogo que evalúe cada caso particular, de esta forma se pueden aprovechar sus beneficios sin poner en riesgo la salud.
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