El colágeno no solo interviene en el aspecto y la salud de cabello, uñas y piel, este nutriente también está involucrado en procesos y estructuras esenciales como los huesos, las articulaciones o los músculos, incluso en las córneas y dientes, por eso es tan importante consumirlo y ayudar a nuestro cuerpo a que lo produzca de forma correcta, afortunadamente existen alimentos que pueden aportar una gran cantidad de colágeno y hoy te hablaremos de uno que resulta muy común en nuestras cocinas: el huevo.
Huevo: una fuente de colágeno
Así es, el huevo suele ser un elemento que aporta colágeno a nuestra vida de forma muy fácil si lo incluimos en nuestra alimentación y afortunadamente es un elemento bastante común y sencillo de integrar en la dieta, pero para que surta efecto debemos de cumplir ciertas condiciones y consumir algunas partes que no se consumen comúnmente, aquí te hablaremos más de ello y te diremos cómo puedes hacerle para agregarlas a tu vida diaria.
Cómo aprovechar el huevo
El huevo puede aportarte colágeno gracias a que lo contiene en varias de sus partes, podemos encontrarlo en las yemas y en las membranas de la clara y el cascarón, la delgada tela transparente que suele quedar en la cáscara del huevo al partirlo. Se puede integrar el colágeno de los demás elementos simplemente consumiendo de forma constante huevo en tu alimentación, pero siempre cuidando hacerlo de forma balanceada, así puedes integrar el huevo en tus desayunos, ensaladas, guisados, postres y hasta bebidas.
La membrana que queda en el cascarón también puede aprovecharse, pero esta se utiliza comúnmente de forma tópica, para ello deberás retirarla con cuidado de los cascarones y dejarla secar por completo, después puedes utilizar el polvo que se genera al triturarla para crear mascarillas y otros tratamientos caseros, que al colocarlos sobre la piel van a estimular la producción de colágeno en estas áreas.

No olvides otros nutrientes
Sin embargo, consumir colágeno es solo la mitad del viaje, también debes de ayudarle a tu organismo a producirlo correctamente y procesar los nutrientes que aportes con tu alimentación, por eso es muy necesario que incluyas en tu dieta diaria un aporte de elementos como el licopeno o la vitamina C, que intervienen directamente en el funcionamiento correcto del colágeno, así que no olvides las frutas, los cítricos, el tomate y los frutos secos para este propósito.