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¿Por qué las dietas no funcionan? ¡Dile adiós a la mala relación con la comida y el cuerpo!
Las dietas hoy en día se han convertido en parte de la conversación diaria. Existen muchas dietas diferentes y quizás una misma persona haya hecho varias para lograr un objetivo: bajar de pesoSe sabe que 8 de cada 10 mujeres han realizado una dieta, y que la mayoría han iniciado su historia de dietas en la adolescencia. Es de llamar la atención, porque es justo la etapa donde el cuerpo de las mujeres comienza a desarrollarse y crecer, y en la mente de la adolescente, y quizás de su familia, surge la idea de controlar el proceso a través de una dieta. Se ha demostrado que las mujeres, en cualquier rango de edad, tienen cinco veces más probabilidad de tener sobrepeso por el simple hecho de haber seguido una dieta.
Las personas que a lo largo de su vida han realizado múltiples dietas, han experimentado bajadas y subidas de peso constantes. El famoso rebote, no es más que un efecto secundario de la perdida de peso detectada por el cerebro. El hipotálamo es el tejido cerebral encargado de regular el peso corporal, y funciona similar a un termostato. Si el rango de peso con el que nací programado (set point) se altera porque bajo o subo de peso, el hipotálamo activará mecanismos para modificar mis sensaciones de hambre, saciedad, y la energía que gasto a lo largo del día (metabolismo) y así regresar el peso a su set point.
Cuando el cuerpo pierde peso, se activa el hipotálamo que va a incrementar la sensación de hambre y disminuye la disponibilidad de energía muscular. Es aquí, donde los promotores de las dietas apelan a la fuerza de voluntad, que puede ser de utilidad por algunos meses, pero en realidad es limitada. Es frecuente que pasados algunos meses de restricción alimentaria (dieta) aparezcan conductas alteradas en la alimentación como pensamiento constante alrededor de la comida y atracones.
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Además, no es solo bajar de peso el problema, mantener el peso perdido es uno de los grandes retos. No existe hasta ahora un método que pueda garantizar el mantenimiento del peso perdido a largo plazo (5 años). Se sabe que las personas que bajan de peso ven disminuido su metabolismo, y por ende la cantidad de calorías que requieren en un día. En promedio, una persona que bajó el 10% de su peso, necesitará comer alrededor de cuatrocientas calorías menos que una persona que siempre ha tenido un peso similar. Por consecuencia, deberá vigilar e hiper controlar porciones para mantener el peso perdido. ¿Quién puede vivir contando calorías y midiendo la comida constantemente?
En estudios donde se da seguimiento a los hábitos, se ha visto que es mucho más importante concentrarse en adoptar hábitos saludables, que en bajar de peso. Existe uno muy interesante donde dan seguimiento a personas durante catorce años para poder evaluar su riesgo de morir. Dividieron a la población en tres subgrupos: peso normal, sobrepeso y obesidad. Los hábitos que se monitoreaban eran: consumir futas y verduras todos los días, realizar ejercicio, no fumar y consumir una copa de vino tinto. Se vio, que independientemente del peso, todos los grupos disminuyen en la misma proporción el riesgo de morir cuando adoptan estos cuatro hábitos. Es decir, aunque no se baje de peso, los hábitos impactan en la salud en la misma proporción en las personas de diferentes pesos corporales.
La evidencia que existe hoy en día es clara, las dietas no funcionan. Si funcionaran no necesitaríamos hacer muchas y todos seríamos delgados. Enfocarse en adoptar una mentalidad libre de dietas es un gran paso para mejorar la relación con la comida y por ende obtener salud.
En la actualidad, hay nuevas propuestas nutricionales como el mindful eating (comer con atención plena) o alimentación intuitiva, que apelan a comer de acuerdo con las señales de hambre y saciedad. Brindarse el permiso de comer cuando el cuerpo tiene la necesidad, y poner atención en cómo se siente y poder parar, es un camino distinto para alejarse de reglas externas y conectar con el cuerpo.
En conclusión, dejar las dietas puede ser la solución para frenar una mala relación con la comida y el cuerpo. Saber que no tienen resultados exitosos para perdida de peso a largo plazo es importante, para entonces buscar alternativas que brinden bienestar. El peso corporal es un factor de riesgo que puede ser eliminado si se trabaja en patrones alimentarios saludables, en movimiento, en el descanso y recreación.
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mgm