¿Qué pasa si comes mucho picante todos los días? ¡Ten cuidado!

El chile es uno de los ingredientes favoritos de los mexicanos, y con razón, pues no sólo desde niños aprendemos a comerlo y disfrutarlo, sino que está presente en nuestra cultura desde la época prehispánica. Por ello, somos una sociedad bastante tolerante a la comida picante, pero hay quienes se exceden y comen demasiado chile. Si eres de esas personas, ¡ten cuidado!, ya que comer mucho picante todos los días podría tener efectos negativos en tu salud.

El efecto picante del chile se debe a la capsaicina, una sustancia que pertenece a la familia de moléculas vaniloides que destacan por sus propiedades analgésicas, pero también se le atribuyen varios de sus beneficios. Su consumo ayuda a aumentar la temperatura corporal y a quemar calorías más rápido; combate la inflamación de las arterias y mejora la circulación, por lo que también es cardioprotector, y además ayuda a estimular la producción de endorfinas y serotonina.

De igual forma, se ha estudiado sobre los efectos positivos de la capsaicina en el combate de la obesidad, el hígado graso no alcohólico, algunos tipos de cáncer, la hiptertensión, la aterosclerosis, e incluso en problemas intestinales, pero justo en este último órgano es donde los expertos señalan que podría causar más daño cuando se abusa del consumo de chile. A continuación te contamos por qué es importante consumir este alimento con moderación.

¿Qué pasa si comes mucho picante todos los días?

Los expertos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) señalan que las personas sanas que consumen comida muy picante todos los días pueden ocasionarle daño a la mucosa de su tracto gastrointestinal, además de afectar el funcionamiento de órganos como el recto y el intestino grueso.

Esto ocurre porque el consumo inmoderado de chile provoca "irritación, diarrea, inflamación y dolor intenso". El gastroenterólogo del IMSS, Héctor Gómez Jaramillo, explica que cuando comemos chile, entran en acción las prostaglandinas, un conjunto de sustancias que ejercen una acción protectora sobre la mucosa gástrica para evitar que el intestino sea afectado.

Cuando el intestino está irritado, empieza una etapa de regeneración de este órgano y por ello, la recomendación es no consumirlo en exceso y moderarnos con la comida picante para evitar daño en nuestros órganos a largo plazo.

Asimismo, es desaconsejado su consumo en personas que sufren problemas digestivos, síndrome de intestino irritable, personas con diabetes, úlcera gastroduodenal, gastritis, personas que padecen reflujo, hemorroides, daños hepáticos, mujeres embarazadas o en periodo de lactancia y niños menores de 6 años. No necesariamente causa los mismos efectos en todos los casos, pero el consumo de picante puede alterar o acentuar algunos síntomas que se padecen en estas circunstancias.