Punto Saludable

La dieta baja en FODMAPs: Lo bueno, lo malo y lo que hay que saber

Conoce lo bueno, lo malo y lo que hay que saber de la dieta con bajo contenido de FODMAPs para tratar el síndrome de intestino irritable
domingo, 3 de abril de 2022 · 09:00

En la entrega pasada hablamos sobre el síndrome de intestino irritable (SII), una enfermedad que afecta al intestino grueso. Ocasiona dolor y distensión abdominal, gas, así como estreñimiento o diarrea. Las personas con SII presentan hipersensibilidad intestinal y, a pesar de que se trata de un padecimiento cada vez más común, su causa exacta aún es desconocida. Sabemos que la dieta, el estrés crónico, la genética, un ambiente inflamatorio y la microbiota intestinal participan en su aparición. 

Hoy abordaremos más detalladamente el tema de la dieta con bajo contenido de FODMAPs, que es actualmente la estrategia nutricia con mayor evidencia científica y frecuentemente recomendada para el tratamiento del SII. 

¿Qué es eso de FODMAPs?

Como habíamos mencionado en la entrega anterior, la palabra FODMAPs es un acrónimo en inglés de: “Fermentable oligosaccharides, disaccharides, monosaccharides and polyols”. Los oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles son tipos de hidratos de carbono (carbohidratos) que son fermentados en el intestino grueso. 

Esta dieta, que podríamos entonces llamar en español una dieta con bajo contenido de hidratos de carbono fermentables, ha mostrado ser eficaz en reducir los síntomas del SII, debido a que estos hidratos de carbono fermentables ocasionan que aumente el volumen de agua en el intestino delgado y la producción de gas en el colon (intestino grueso). Esto provoca la aparición de síntomas en personas con SII. 

Escucha el podcast con toda la información sobre esta dieta que sin duda alguna cambiará tu estilo de vida

¿En qué consiste la dieta baja en FODMAPs?

A grandes rasgos, esta dieta consiste en 3 fases:

Fase 1 (eliminación): el paciente (adulto) elimina todos los alimentos con alto contenido de  FODMAPs de 4 a 6 semanas. 

Fase 2 (reintroducción): se comienza a reintroducir alimentos, de manera gradual y por cada tipo de FODMAP, con el objetivo de identificar los alimentos que causan molestias y en qué cantidades comienzan a causarlas. Durante 5 a 8 semanas. 

Fase 3 (mantenimiento): se crea un plan de alimentación a largo plazo que excluya los alimentos que provocan los síntomas. 

Algunos peros…

Para  comenzar con esta dieta: ¡hay que saber qué contiene cada alimento!, y el contenido de FODMAPs no es algo que simplemente puedes leer en la etiqueta. Para ayudar a solucionar este inconveniente existen herramientas como la Monash FODMAP diet App, que usa un sistema de semáforos para clasificar a los alimentos en bajo, moderado y alto contenido de FODMAPs. Pero es claro que el hecho de tener que revisar cada uno de los alimentos a consumir y que la información no esté disponible de manera inmediata, puede llegar complicar el seguimiento de esta dieta.  

Como con cualquier dieta que se pone de moda, existe el peligro de que las personas quieran empezar a llevarla a cabo sin haberse informado correctamente o sin siquiera tener el diagnóstico de SII. Para realizar este proceso, como es el caso de cualquier intervención nutricia, tu médico debería referirte con un nutriólogo o nutrióloga capacitado, que te ofrezca orientación y te dé seguimiento constante. Sobre todo, pensando en la fase de eliminación de alimentos, que debe ser de corta duración y vigilada cuidadosamente, ya que alargarla podría resultar perjudicial. 

La dieta baja en contenido de FODMAPs debe implementarse con cautela, el o la profesional en nutrición debe evaluar si es el tratamiento adecuado según cada caso. Por ejemplo, siendo que puede llegar a ser una dieta restrictiva, para una persona con un trastorno de la conducta alimentaria, como la anorexia, no sería la estrategia adecuada. 

Y, lo cierto es que, no sabemos los efectos de esta dieta a largo plazo. Los hidratos de carbono fermentables son parte importante de nuestra dieta, ya que contribuyen a tener una microbiota intestinal sana. Debido a que en la fase de eliminación, la persona deja de comer alimentos que los contienen, la microbiota intestinal se ve afectada. Esta situación sería especialmente grave en los casos en los que la dieta está mal llevada y el periodo de eliminación es demasiado largo. Con la evidencia disponible aún es posible saber si estos cambios pueden llegar ser relevantes a largo plazo. 

Entonces, a manera de conclusión podríamos decir que: 

Si bien es la intervención nutricia que cuenta mayor cantidad de evidencia en el tratamiento del SII, la dieta baja en contenido de FODMAPs no es la panacea, requiere conocimiento sobre el contenido de estos hidratos de carbono fermentables en cada alimento, lo cual resulta poco práctico y complica la adherencia. 

Llevar a cabo esta dieta de la mano de un nutriólogo o nutrióloga es crucial para obtener resultados favorables y no perjudicar nuestra salud. 

No es para todos, ni es una estrategia que deba ser utilizada a largo plazo, sino más bien una herramienta para identificar los alimentos que provocan síntomas y, de esta manera, ir estableciendo un plan de tratamiento que contribuya a mejorar la calidad de vida de quienes viven con SII. 

Recuerda que cada domingo puedes escuchar un episodio más en Punto Saludable, donde se comparte información de utilidad para tu bienestar. Escúchanos en Spotify.

Sigue leyendo:

7 tips para evitar la inflamación intestinal I PODCAST

mgm