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Mitos que te hacen creer que deberías evitar los carbohidratos

No creas todo lo que dicen, eliminar los hidratos de carbono de tu dieta podría tener implicaciones físicas y mentales, en este post te lo explicaremos
domingo, 20 de noviembre de 2022 · 08:00

Los tres nutrimentos que nos brindan energía al comerlos son los lípidos o grasas, las proteínas y los hidratos de carbono o carbohidratos. Los hidratos de carbono son el nutrimento que por excelencia brindan energía de una manera eficiente lo que provee al cuerpo del sustrato adecuado para realizar todas sus funciones. 

En años recientes, los hidratos de carbono se han rodeado de mitos alrededor de ellos, lo que a provocado que la desinformación produzca temor al momento de incluirlos dentro de la alimentación. 

En este post, compartiré buenas noticias, porque los hidratos de carbono no son el enemigo por eliminar para poder alimentarse de manera saludable. Es importante dejar claro que los alimentos que contienen carbohidratos deben de ser incluidos dentro de una alimentación para lograr un equilibrio adecuado.

¡Antes de eliminar los carbohidratos de tu vida! Escucha este podcast de Punto Saludable y conoce los mitos que existen alrededor de ellos. 

Los hidratos de carbono son moléculas que están conformadas por largas cadenas de glucosa como el almidón, de fructosa como las frutas y lactosa como la leche. Cuando consumimos un alimento rico en hidratos de carbono como, por ejemplo, la pasta, a través de nuestra digestión se desdobla hasta convertirse en una molécula más pequeña que nuestro intestino delgado puede absorber. El metabolismo lo utilizará como fuente energética para las diversas funciones que tiene nuestro organismo o para realizar actividad física. En caso de no ser utilizado, el hígado tiene la manera de reservarlo en el cuerpo como tejido adiposo, el cual funcionara en un futuro como energía para el organismo.

Por lo anterior, es importante saber que los hidratos de carbono son necesarios para que nuestro cuerpo pueda funcionar de manera adecuada. Nosotros lo podemos sentir con vitalidad, capacidad de concentración, correcta digestión y ciclos de sueño rítmicos y reparadores.

Para entender mejor a los hidratos de carbono, es importante saber que no todos son iguales. Existen dos grandes clasificaciones:

Hidratos de carbono complejos: como su nombre lo dice, los alimentos que los contienen son más difíciles de digerir en nuestro cuerpo. Esto produce que su absorción sea más lenta y así el cuerpo puede ir dosificando la cantidad de energía que recibe por periodos más largos de tiempo. Esto evita que se sienta hambre continuamente. Algunos ejemplos de alimentos que los contienen son: avena, amaranto, quinua, maíz, frijol, lenteja, etc.

Hidratos de carbono simples: como su nombre lo dice, los alimentos que los contienen son más sencillos de digerir en nuestro cuerpo. Esto produce que su absorción sea más rápida y ofrezca al cuerpo una fuente inmediata de energía disponible. Son útiles cuando se tiene actividad física próxima, o no se lograr ingerir la cantidad suficiente de hidratos de carbono simples, pero se requiere consumir energía. Algunos ejemplos de alimentos que los contienen son: frutas, leche, jugos, azúcar, miel, etc.

Esta clasificación no pretende categorizar a los hidratos de carbono, ya que no hay uno mejor que otro. Simplemente son diferentes y entenderlos desde este lugar, facilitará la elección según nuestras necesidades y circunstancias. 

Por ejemplo, si se tiene un horario determinado para ingerir alimentos y se pasan varias horas sin comer posteriormente, sería preferible ingerir hidratos de carbono complejos para que la absorción sea lenta y provea energía por varias horas. Por el contrario, si se va a realizar actividad física, convendría comer hidratos de carbono simples para que se absorban más rápido y el rendimiento en el ejercicio sea mejor. Quizás al terminar la sesión, sea adecuado ingerir hidratos de carbono complejos para proveer mayor fuente de energía. 

Los hidratos de carbono, como cualquier otro nutrimento, tienen cantidades adecuadas de consumo para cada persona. En promedio, una persona adulta puede estar ingiriendo alrededor de 150 a 250gr de hidratos de carbono al día, sin que represente un riesgo para la salud. Traducido en alimentos serían alrededor de tres frutas, un vaso de leche, tres tortillas, una taza de frijoles, dos rebanadas de pan integral y media taza de avena, por ejemplo.

Además de hidratos de carbono, habría que integrar a la alimentación fuentes de proteínas y lípidos para que otras funciones queden cubiertas.

Otro mito que es importante aclarar es que los hidratos de carbono no necesitan ser eliminados en caso de presentar alguna patología (salvo casos muy específicos). Es frecuente escuchar que la recomendación es quitarlos cuando hay diabetes, síndrome de ovario poliquístico, enfermedades del corazón, etc. Quizás en las recomendaciones nutricionales se tenga que hacer una recomendación puntual sobre cantidades aproximadas y combinaciones, pero es poco útil e innecesario en estas enfermedades eliminarlos de la dieta.

Si lo que quieres es comer de una manera nutritiva y que brinde beneficios a la salud, eliminar los hidratos de carbono no te ayudará a lograrlo. Al restringirlos también se eliminan fuentes de fibra, vitaminas y minerales lo que significa que se estaría yendo en sentido contrario. Podrías asesorarte con un nutriólogo de tu confianza quien te comparta su conocimiento en beneficios de tus circunstancias específicas y así puedas usar los hidratos de carbono sin temor.

Los carbohidratos son nutrimentos esenciales para el organismo. Eliminarlos tiene implicaciones físicas y mentales, que vale la pena considerar si lo que se quiere lograr es una alimentación nutritiva, equilibrada y sostenible. 

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mgm