Chía: ¿Cómo puede ayudarte a reducir azúcar y colesterol en la sangre?; aquí te explicamos

Desde hace algún tiempo, la verdad es que es super común escuchar todo sobre las semillas de chía, pero ¿qué es y con qué se come? Seguro la hemos probado en agua de limón o en helado o en agua de otro sabor, porque así nos dijeron que se comía, pero seguro hay muchas cosas que hemos hecho por imitación y otras varias que seguro ni conocemos, pero la verdad es que gracias a los expertos en el mundo hay cada vez menos cosas qué descubrir y muchas más que comprender. 

La chía, por ejemplo es una semilla que se puede obtener de la Salvia hispánica y que tiene un importante crecimiento en el sur de México, e incluso en Australia, que actualmente se posiciona como uno de los principales productores en el mundo. Aunque en tiempos prehispánicos ya formaba parte de la dieta básica de los mayas y aztecas, desde hace algunos años volvió a popularizarse, luego de que se conocieron todos los beneficios que aporta. 

Cada 100 gramos de semillas de chía contienen 20.7 proteínas, 41.8 gramos de carbohidratos, 32.8 gramos de grasas, donde un 64% corresponden a los ácidos grasos Omega 3.  Este alimento cuenta con 16.4 mg de hierro, 714 mg de calcio, 613 mg de niacina (Vitamina B3), 0.18 mg de tiamina (Vitamina B1) y 0.04 mg de riboflavina (Vitamina B2). Gracias a todos estos nutrientes, el alimento puede proveernos de diferentes beneficios.

¿Qué beneficios puede contener la semilla de chía?

Algunos de los beneficios que tiene la semilla chía es que nos ayuda a mejorar la circulación sanguínea, a quemar grasas de manera mucho más rápida, gracias a su alto contenido de fibra, además de estimular y prolongar la sensación de saciedad. Sin mencionar que posee 3 veces más de antioxidantes que los mismísimos arándanos. Pero, entre todos sus otros beneficios, se sabe que también ayuda a controlar los niveles de azúcar en la sangre. 

Gracias a que la chía contiene un montón de antioxidantes, el sistema inmunológico mejora y se aprovecha el  bajo índice glucémico, que permite tener un control más aceptable de los niveles de glucosa en la sangre. También, sus ácidos grasos esenciales Omega 3, y que se catalogan dentro de las grasas buenas, favorecen al sistema cardiovascular y circulatorio, lo cual ayuda a mantener al límite los niveles de colesterol en la sangre. 

Sin embargo, por más bondades que posea este alimento, si la consumes de manera excesiva y frecuente, también se pueden desencadenar algunos efectos negativos, como la reducción de presión sanguínea, especialmente en personas de edad avanzada, sobre todo si se combina con medicamentos para la presión arterial, según la opinión de los expertos. Así que ¡todo con medida!