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5 enfermedades que puedes tener por llevar una mala alimentación

Los problemas de peso no son las únicas afecciones de las que debes cuidarte en caso de llevar una mala dieta
martes, 24 de agosto de 2021 · 11:32

Cuando pensamos en la "malnutrición" normalmente solo asociamos el término con enfermedades relacionadas con el peso. Sin embargo, el sobrepeso y obesidad, así como una delgadez extrema, falta de nutrientes o anemia, no son los únicos padecimientos a los que podríamos enfrentarnos por no llevar una dieta balanceada.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) El término malnutrición se refiere a las carencias, los excesos y los desequilibrios de la ingesta calórica y de nutrientes de una persona. Esto en realidad abarca tres grandes grupos de afecciones

La primera de ellas es la desnutrición, que va desde un peso insuficiente respecto de la talla, hasta un retraso del crecimiento o peso insuficiente para la edad de la persona en cuestión. Por otro lado, la malnutrición relacionada con los micronutrientes incluye una deficiencia de vitaminas o minerales.

Y finalmente el sobrepeso, la obesidad y las enfermedades como las cardiopatías, la diabetes y algunos cánceres también tienen relación con no comer adecuadamente. Para conocer más de estos grupos de malnutrición y las afecciones que desencadenan, a continuación te dejamos 5 enfermedades populares que tienen más relación con tu dieta de lo que pensabas. 

5 enfermedades que puedes tener por una mala alimentación 

1. Hipertensión 

La misma OMS mantiene la recomendación de un consumo de sal por día menor a los 5.5 gramos, principalmente porque el consumo de sal se encuentra entre los factores más importantes para desencadenar hipertensión.

El problema de la predominancia de este padecimiento es que no solo afecta el consumo de sal de mesa, sino también de todas aquellas que provienen de la "sal invisible", que representa más de las tres cuartas partes de la sal que ingerimos a través de ciertos alimentos como pan, galletas, quesos duros, salsas, embutidos, caldos, snacks y enlatados.

Tampoco hay que olvidar que otras afecciones como la obesidad o los accidentes cardiovasculares están íntimamente relacionados con el desarrollo de presión arterial elevada.

2. Alzheimer

De acuerdo con los expertos, la ingesta en exceso de alimentos hipercalóricos ocasiona menos contactos neuronales, decrecimiento y reducción en el tiempo de vida de las neuronas para almacenar y procesar información de la memoria, lo que aumenta el riego de desarrollar Alzheimer en la vejez.

Por ello, es importante que mantengamos una ingesta constante de alimentos ricos en Omega 3, como pescados grasos, vegetales y semillas.

3. Osteoporosis 

Un problema frecuente durante la menopausia es la osteoporosis, una condición asintomática que a la larga desencadena fracturas espontáneas o como consecuencia de un pequeño traumatismo. 

Para evitar este problema durante esta etapa o incluso a temprana edad, la alimentación balanceada es clave. Integrar proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas y minerales; podría ayudarnos a lograr una adecuada salud de los huesos. Además, los alimentos ricos en calcio como ajonjolí, almendras y lácteos; puede ser benéfico, siempre y cuando no rebasen el nivel de proteínas para que no impidan la absorción normal de este mineral.

4. Diabetes

Se trata de una condición crónica que aparece cuando el páncreas no produce insulina suficiente o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce. Esta hormona se encarga de regular el azúcar en la sangre, por lo que el efecto de la diabetes no controlada es la hiperglucemia, o el aumento del azúcar en la sangre.

Para evitar esta afección y que posteriormente la misma dañe diversos órganos y sistemas, especialmente los nervios y los vasos sanguíneos; la Federación Mexicana de Diabetes (FMD) recomienda reducir la ingesta de alimentos azucarados y las porciones de lo que se sirve, así como evitar o disminuir el consumo de bebidas azucaradas y refrescos.

5. Gota

La gota es un tipo de artritis que se caracteriza por sufrir dolor e inflamación de una o más articulaciones del cuerpo y que es desencadenada por la acumulación de cristales de ácido úrico en ellas. Esta patología la padecen personas con una carga genética que les predispone a ella cuando hay hiperuricemia, o ácido úrico elevado en sangre. 

La deshidratación podría jugar también un papel clave a la hora de desarrollar esta afección, aunque una de las recomendaciones más precisas es limitar el consumo de cárnicos a un máximo de 150-200g/día. Sustituir por carne blanca, huevos y pescado blanco sobre el pescado azul, la carne roja, de caza y vísceras; así como restringir el consumo de bebidas ricas en fructosa como refrescos y jugos es ideal para frenar la producción de ácido úrico en exceso. 

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