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¿Estás aburrido o estresado? Estas emociones podrían hacer que subas de peso

El miedo a contagiarse de Covid-19, la ansiedad, el estrés o la soledad podrían estar afectando la forma en que te alimentas
lunes, 12 de julio de 2021 · 11:27

El confinamiento por la pandemia de Covid-19 ha permitido observar muchos de los efectos que puede tener el encierro, los cambios de rutina o la falta de la interacción social en las personas, por lo que algunos científicos han comprobado la relación que tienen las emociones con otros aspectos de la vida, como la alimentación y los horarios.

Al respecto, el académico de la Facultad de Psicología de la UNAM, José Alfredo Contreras Valdez, aseguró que el manejo de nuestras emociones como la tristeza, el miedo, la soledad, el estrés o el aburrimiento manifestado a través de los alimentos puede ocasionar el aumento de peso, debido a que se trata de una relación estrecha.

De acuerdo con Contreras Valdez, las personas tienden a responder ante los afectos positivos y negativos con asociaciones de la comida, por lo que es muy común que ante la presencia de estrés, tristeza, aburrimiento o ansiedad se ingiera una mayor cantidad de alimentos aunque la dieta no esté siempre balanceada ni los productos elegidos sean los más nutritivos.

Los alimentos y las emociones

El académico de la UNAM argumentó que el manejo de experiencias afectivas como tristeza, ansiedad, estrés, aburrimiento e incluso la alegría expresadas a través de la ingesta de comida representan un factor psicológico que en conjunto con otros influyen en el aumento de peso.

“Algunas personas emplean la ingesta de alimentos como un medio de manejar el afecto negativo (por ejemplo, el aburrimiento-estrés-miedo-frustración, entre otras) y positivo (alegría). Si bien la ingesta de alimentos ricos en grasas, azúcares y carbohidratos o de bebidas azucaradas funciona, a corto plazo, para regular la respuesta emocional, y por lo mismo constituye una estrategia ampliamente utilizada, esta práctica puede ocasionar, a largo plazo, el aumento de peso en algunas personas”, añadió.

Sumado a esto, la alteración de las rutinas de la organización en las actividades del hogar y del trabajo provocan cambios de hábito importantes como no dormir lo suficiente, ser más sedentario y modificar la alimentación ya que se incrementa el consumo de comida con alto contenido calórico como azúcares y harinas, así como bebidas azucaradas con el fin de regular las emociones.

Por esta razón, el académico de la UNAM señaló que es fundamental no pasar por alto los correlatos psicológicos, fisiológicos, económicos y socioculturales que pueden afectar a la población, y aconsejó establecer paulatinamente los horarios de las actividades cotidianas, regularizar el tiempo para dormir, aumentar la actividad física y mejorar la calidad de la alimentación.

Fuente:

Gaceta UNAM

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