Estudio revela que edulcorantes artificiales podrían dañar nuestras bacterias intestinales

Sabemos que los edulcorantes artificiales tienen sus pros y contras dentro de la alimentación entre estas ultimas, las repercusiones que podría tener su consumo sobre nuestra salud, pero ahora, un estudio ha revelado nueva información que tal vez te haga reconsiderar su consumo, pues según las investigaciones los edulcorante artificiales podrían ocasionar daños importantes en nuestras bacterias intestinales.

Según un estudio publicado en el International Journal of Molecular Sciences, edulcorantes artificiales como el aspartamo, la sacarina y la sucralosa, que a menudo encontramos en alimentos procesados, pueden ocasionar que las bacterias intestinales sanas, cambien, se enfermen e invadan las paredes intestinales, ocasionando enfermedades y efectos graves sobre nuestra salud.

Este efecto se debe a que los edulcorantes puedes elevar la formación de biopelículas que a su vez aumentan la capacidad de algunas bacterias de invadir y adherirse a las paredes del intestino, esto ocasiona que terminen dañando las células que recubren esta parte; el estudio revelo que la cantidad de edulcorantes contenidos en dos latas de refresco pueden aumentar la adhesión de bacterias como la E.coli y E. Faecalis, y a su vez aumentaron la producción de biopelículas.

El tipo de bacterias que crecen en las biopelículas resultan mas resistentes al tratamiento y pueden secretar toxinas que terminan ocasionando enfermedades; los edulcorantes incluso podrían ocasionar que nuestras propias bacterias intestinales enfermen y terminen causando daños a nuestro intestino al igual que varias enfermedades al ocasionar un desequilibrio bacteriano.

De acuerdo al estudio, ya que el consumo de los edulcorantes artificiales continua en ascenso, entender como estos aditivos alimentarios afectan a la microbiota intestinal y cómo se pueden aminorar los efectos dañinos es vital, dado que los edulcorantes son utilizados en múltiples productos como sustitutos del azúcar, estudios de este tipo podrían cambiar de manera drástica el modo en que consumimos este tipo de productos.