Alimentación saludable

La razón por la que una dieta saludable no necesariamente debe ser baja en grasas

El consumo de alimentos ultraprocesados es una de las principales causas de las enfermedades cardiovasculares
miércoles, 2 de junio de 2021 · 14:29

Cuando se habla de una alimentación saludable para mejorar el estado del corazón, casi siempre nos remitimos a un tipo de dieta  baja en grasas para comenzar a ver una diferencia, pero todo parece indicar que no es una de las mejores recomendaciones. De hecho, una fuente de grasas en la alimentación es igual de necesaria para cuidar de la salud del corazón y del cuerpo en general, por lo que no se recomienda reducirla de forma drástica si se quiere hacer un cambio de verdad. 

En una de las últimas publicaciones de la Universidad de Medicina de Harvard, se hace énfasis en que una dieta saludable para el corazón no necesariamente es sinónimo de una alimentación baja en grasas, ya que todo depende del tipo de fuente de grasa que se elijan y el resto de los productos que se añadan a la dieta. De acuerdo con lo señalado en la publicación, en los últimos 40 años se hicieron investigaciones al respecto, determinado que una dieta balanceada es una de las mejores opciones. 

Los estudios realizados por la American Heart Association, señala que las instituciones y expertos en nutrición han evitado limitar el consumo de grasas en las dietas de los pacientes y por el contrario se han apegado a patrones dietéticos que enfatizan el consumo de verduras, granos integrales, frutas y frijoles, así como pequeñas cantidades de otros alimentos tales como huevos, carne, lácteos y hasta dulces. 

El doctor Eric Rimm, profesor de epidemiología y nutrición, señala que es mejor el consumo de alimentos de origen vegetal ya sea enteros o procesados de forma mínima, reducirá de forma natural la ingesta de grasas saturadas, las cuales se encuentran concentradas en lácteos y carnes, los cuales aumentan el riesgo de tener un elevado nivel de colesterol que incentiva el desarrollo de diversas enfermedades cardíacas, pero la reducción de grasas no necesariamente reducirá los riesgos de una enfermedad cardiovascular. 

Los altos consumos de grasas saturadas comenzaron a incrementarse durante la época de los 80' cuando comenzó a popularizarse la eliminación de las grasas de la dieta, pero se reemplazaron por carbohidratos refinados tales como el pan, pasta, papas fritas, los cuales inundan el torrente sanguíneo con grandes cantidades de azúcar haciendo que el hambre sea mucho más constante al tener una baja de las mismas, las cuales al paso del tiempo terminan afectando la producción de insulina y provocar enfermedades como la diabetes. 

Al introducir las dietas muy bajas en grasa, las cuales eliminan o reducen al mínimo la ingesta de productos de origen animal, así como otro tipo de carbohidratos refinados como el harina blanca, azúcar, jugos de frutas, así como aceites añadidos y productos como los aguacates y las nueces, solo ayudan a eliminar el colesterol acumulado en las arterias, pero al mismo tiempo es una de las dietas más complicadas de seguir al largo plazo al ser muy restrictivas. 

Para hacer un verdadero cambio en la alimentación y mejorar la salud del corazón, una de las recomendaciones es optar por una dieta más cercana a la mediterránea, la cual ha sido considerada como una de las más saludables para la salud general del cuerpo ya que concentra sus bases en la ingesta de alimentos naturales y sin procesar. Lo mejor es que sin importar la dieta que se siga, es necesario hacerlo de forma gradual para que el cuerpo comience a aceptar los cambios y sobre todo consultar con un especialista.