Aprende más sobre los trastornos del gusto en tiempos de Covid-19

Una de las secuelas más persistentes en pacientes que sufrieron de Covid-19 es el trastorno del gusto, algo que ha puesto en evidencia la importancia de este sentido y lo poco que lo llegamos a valorar al tenerlo presente en nuestro día a día. El gusto es uno de los cinco sentidos con los que contamos y su ausencia puede tener un impacto negativo en la salud y la calidad de vida.

De acuerdo con un artículo del Instituto Nacional de Sordera y Otros Desórdenes de Comunicación (NIDCD, por sus siglas en inglés), más de 200 mil personas al año visitan a un médico por problemas en los sentidos del gusto y del olfato, mientras que los científicos creen que hasta 15% de adultos en el mundo con problemas en estos sentidos no busca ayuda profesional.

Sin embargo, pocos saben la conexión que hay entre los sentidos del olfato y el gusto, e incluso la mayoría de las personas que acuden al médico porque piensan que han perdido el sentido del gusto, se sorprenden al saber que se trataba de un trastorno del olfato. Por eso, en este artículo te hablamos más sobre los trastornos del gusto y lo que implica en tiempos de Covid-19.

El sentido del gusto

Para comenzar es importante saber que el sentido del gusto comienza con pequeñas moléculas que se liberan al masticar, beber o digerir los alimentos, las cuales estimulan unas células sensoriales especiales llamadas "células gustativas".

Estas células se encuentran agrupadas en las papilas gustativas de la lengua, el techo de la boca o paladar y a lo largo de la garganta, las cuales mandan mensajes al cerebro a través de tres nervios especializados del gusto.

Cuando nacemos, tenemos alrededor de 10 mil papilas gustativas y después de los 50 años comenzamos a perderlas. Las células gustativas cuentan con cinco cualidades básicas del gusto:

1. Dulce
2. Agrio o ácido
3. Amargo
4. Salado
5. Umami, sabor medio salado

Los sabores no se encuentran divididos en diferentes regiones de la lengua, sino que se encuentran dispersos en todo este órgano.

Asimismo, miles de terminaciones nerviosas, especialmente en las superficies húmedas, forman el mecanismo quimiosensorial conocido como "el sentido químico común" que nos deja sentir la irritación con el chile o la frescura de la menta, el calor, el frío y las texturas.

Y aunque el sabor nos permite saber lo que estamos comiendo, también influye el sentido del olfato, que detecta aromas, especialmente cuando mordemos o masticamos un alimento y éstos entran a través del canal de la garganta y la nariz. De ahí que al enfermar de un resfriado y sufrimos de congestión nasal, perdemos el sabor de la comida.

Trastornos del gusto

El más común es la percepción fantasma del gusto, es decir, un sabor persistente en la boca, que a menudo es desagradable.

Otro es la hipogeusia, que es la disminución en la capacidad para notar los diferentes sabores, es decir, dulce, ácido, amargo, salado y umami.

También está la ageusia, o problemas para detectar cualquier sabor.

La boca ardiente es un problema médico en el que hay una sensación dolorosa de ardor en la boca, mucho más común en mujeres mayores y de mediana edad.

Y la disgeusia, un trastorno que da la sensación de tener un sabor persistentemente malo, salado, rancio o metálico en la boca que puede ir acompañado con el síndrome de la boca ardiente.

Sin embargo, la pérdida del gusto es poco común y lo que regularmente sucede es la pérdida del olfato.

¿Por qué ocurren los trastornos del gusto?

La mayoría ocurren por lesiones o enfermedades, algunas son causadas por infecciones respiratorias, del oído medio, por radioterapia para cáncer de cabeza o cuello, por insecticidas, medicamentos y otros productos químicos, por lesiones en la cabeza, cirugías del oído, nariz y garganta, por extracción de la muela del juicio, mala higiene bucal y problemas dentales.

Para saber lo que ocurre en cada caso es importante acudir con un otorrinolaringólogo, especialista en trastornos del oído, nariz, garganta, cabeza y cuello.

Al acudir con un médico especialista podrá dar un diagnóstico y tratamiento, o bien sugerir estudios específicos para determinar cuál es la raíz del problema.

Es fundamental cuidarnos cuando sufrimos de un trastorno del gusto, ya que puede llevar a problemas desde el consumo excesivo de condimentos como sal o azúcar, perjudiciales para la salud, intoxicación, envenenamiento y en casos muy graves, depresión. Si quieres saber más acerca de los trastornos del gusto y los estudios que se están realizando, puedes revisar este artículo del NIDCD.

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