Alimentación
Mexicanos consumen cerca de 163 litros de refresco al año, estudio
Se estima que las familias mexicanas gastan en promedio el 10% de sus ingresos en refrescos y bebidas endulzadas
En las últimas dos décadas, la diabetes en México se ha convertido en uno de los problemas de salud que más afecta a la sociedad por lo que es considerada como la primera causa de muerte en el país entre las mujeres y la segunda entre los hombres. Aunque son varios factores los que entran en juego para el desarrollo de la enfermedad, hay una fuerte relación entre los alimentos y bebidas que se consumen, así como la falta de actividad física y sobre todo el estilo de vida que se lleva.
En este sentido, el consumo de bebidas azucaradas como los refrescos juegan un papel muy importante dentro de la alimentación del mexicano promedio. De acuerdo a lo publicado en 2019 por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), nuestro país se coloca como el primer consumidor de refrescos en el mundo, con un estimado de 163 litros por persona al año, un 40% más que en Estados Unidos donde el promedio es de 118 litros de refresco por persona al año, colocándose en el segundo lugar de la lista.
Florence L. Theodore del Instituto Nacional de Salud Pública en México, señaló que una familia mexicana destina el 10% de sus ingresos totales en la compra de refrescos, un 24% es usado para la compra de alimentos y bebidas, mientras que un 66% se destina a los gastos de vivienda, educación, vestimenta, entre otros. Una de las cifras que más alarma a los especialistas de la salud es que el consumo de bebidas azucaradas es la causa de muerte de 24 mil mexicanos al año por altas ingestas calóricas.
Obesidad, diabetes tipo 2, derrames cerebrales, gota, asma, cánceres, artritis reumatoide, enfermedades arteriales coronarias y óseas, problemas dentales y de conducta, trastornos psicológicos, envejecimiento prematuro y adicción, son solo algunos de los problemas relacionados con la ingesta de bebidas azucaradas. Aunque no solo se trata de un problema de salud, sino que también significa mayores costos del erario público para costear los tratamientos relacionados con estas enfermedades, así como menor productividad laboral, costos ambientales y baja calidad de vida.
En el último año la pandemia causada por Covid-19, hizo más visibles estos problemas de salud en la población relacionados a la ingesta de refrescos y bebidas azucaradas, ya que según el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), señaló que dos de cada cinco de los 48 mil muertos (hasta agosto de 2020) padecían de hipertensión, más de un tercio diabetes y casi una cuarta parte sufrían de problemas de obesidad.
El Poder del Consumidor señala que las bebidas azucaradas representan el 70% de los azúcares añadidos que consumen los mexicanos y el 10% de las calorías totales, es decir, el 15% de la ingesta calórica diaria de azúcares, pese a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que sea menor al 5%. Hay que toma en cuenta que una lata de refresco promedio, contiene unas 150 calorías (10 cucharaditas de azúcar).
Los niños de comunidades rurales son los más afectados por el consumo de refrescos, ya que siete de cada diez desayuna con este, mientras que entre 1999 y 2006 se triplicó el consumo de bebidas azucaradas en México entre los adultos, siendo hasta 15% más propensos a padecer de obesidad. Por su parte, el Hospital Infantil de México recomienda evitar el consumo de refrescos y bebidas azucaradas, pero en caso de ser ingeridos pide se haga de forma ocasional y en porciones que no rebasen los 240 mililitros.
