En el mundo hay una gran cantidad de frases acerca del postre, algunas lo atribuyen a la dulzura y otros a los detalles que nunca deben de faltar, porque enaltecen algo. Hay uno que dice "Una comida sin postre es como un traje sin corbata" y no puede estar mejor explicado, porque si bien el traje luce por sí mismo, la corbata es el toque perfecto y lo mismo pasa con el bocadillo dulce después de la comida, porque aunque no lo creas, tiene su función dentro de un menú.
Así es, no es sólo por justificar nuestros antojos (Un poco sí), pero en realidad tienen una función más importante de lo que tú crees. Empezando, porque en realidad se trata de un aperitivo que está después de la comida para que no te dé hambre después y estés picándole o pellizcando otros alimentos. Normalmente es de un sabor agradable y es el complemento perfecto que va después de que terminamos de comer.
Hay una cantidad formidable de postres y hay para todos los gustos. Desde los ligeros y aciditos hasta los grandes y muy dulces para quienes gustan de las grandes cantidades de azúcar. También están los término medio, es decir, los agridulces, que tienen un suculento sabor. También pueden ser de diferentes texturas, desde los helados, hasta los bizcochos, que distan muchísimo entre sí. Sin embargo, todos tienen su encanto.
Lo dicen los expertos
De acuerdo con una investigación en la Universidad de Tel Aviv, que observó la dieta de 200 personas, de quienes la mitad consumieron postre y las otras no, concluyeron que quienes consumieron el alimento dulce después de la comida, experimentaron menos antojos y hambre que quienes no lo hicieron. Y aunque ambos grupos perdieron peso, quienes incurrían en el postre lograron mantener el peso al que habían llegado, mientras que los otros recuperaron esos kilos que habían perdido en un principio.
Y no sólo esta institución, otras universidades han estudiado el caso de personas que consumen postre y han concluido que aporta más beneficios de los que cualquiera nos atreveríamos a imaginar. Por eso hemos hecho una lista de ellas, para que las leas y la próxima vez que se te ocurra brincarte el postre, lo pienses dos veces. ¡Piénsalo! Sólo es cuestión de que comiences a acostumbrarte y después se convertirá en un hábito.
1. Ayuda a mantener sano tu corazón
Así es, el postre es el único que puede prometerte jamás romper tu corazón. Con tan solo un cuadrito de chocolate, puede disminuir el riesgo de sufrir cardiopatías, según la Universidad de Harvard, que comprobó que una pequeña porción podría reducir la presión de las personas, porque tiene muchos antioxidantes que además actúan como antiinflamatorios y por si no fuera poco, protege el sistema inmune.
2. Afrodisíacos
Hay veces que sólo con pensar en los postres, ya nos entusiasmamos, pues bien, hay algunos que tienen el poder de incrementar la líbido como es el caso del chocolate, de los que contienen frutos rojos o del pastel de calabaza, que según un estudio del Centro de Olfato y Gusto de Chicago, sólo con olerlo, puede reducir los niveles de ansiedad y aumentar los niveles de testosterona. Otra alternativa es la vainilla, que funciona muy bien para ambos sexos.
3. Puedes perder peso
Como explicamos al inicio, cuando comes postre después de la comida, reduces la posibilidad de que te gane "la tentación" de ir a picotear la comida, porque te sientes más que satisfecho y listo para esperar las horas necesarias para la siguiente comida.
4. Motiva tu actividad
Ya sabemos que el azúcar es una buena fuente de energía, por lo que un postre puede ser tu aliado, siempre que cuides la porción que te llevas a la boca.
5. Olvídate de los antojos nocturnos
Cuando ingieres cantidades muy fuertes de comida por las noches, puede incrementar el riesgo a subir de peso. Por eso necesitamos tomar nuestra comida completa, incluido el postre, para sentirnos satisfechos y evitar esos antojos de media noche que tanto daño nos hacen.