¿Qué pasa si comes atún con demasiada frecuencia? Estos son los riesgos

El atún es un pescado de tipo azul considerado nutritivo por su aporte de proteínas bajas en grasas; ácidos grasos Omega 3, en especial EPA y DHA, que son benéficos para el cerebro y la salud cardiovascular; vitaminas A y D, y minerales como fósforo, magnesio y yodo que ayudan a fortalecer el sistema inmunológico, la salud audiovisual y ósea, entre otros beneficios.

A pesar de todas las ventajas que representa consumir atún, existe un inconveniente de consumirlo regularmente. Ocurre que al ser un pescado graso se acumula mercurio fácilmente en su carne, un componente que puede ser nocivo para la salud de las personas tomado en dosis excesivas.

El mercurio se encuentra de forma natural en la atmósfera y en las emanaciones volcánicas, pero al océano también llegan por actividades industriales de desaguan sus químicos en los mares. De esta manera, los microorganismos de los mares, como el plancton y las algas, absorben el mercurio y lo convierten en metilmercurio, que es su forma más orgánica y tóxica.

El atún es nocivo en exceso

Una vez que los microorganismos son consumidos por peces cada vez más grande, el metilmercurio se va integrando de forma natural en la cadena alimenticia, hasta llegar a los seres humanos. Los efectos sobre la salud varían según diversos factores, como el tipo de mercurio que se ingiere, las dosis, la edad o etapa de desarrollo de una persona, la duración en que se está expuesto al mercurio y la forma en la que se expuso a este compuesto.

En este caso, los expertos señalan que la etapa fetal es la más vulnerable, mientras que en los más pequeños aparecen problemas en el pensamiento cognitivo, la memoria, la capacidad de concentración, el lenguaje y las aptitudes motoras y espacio visuales finas de los pequeños.

En los adultos, cuando hay una ingesta constante de mercurio, se pueden observar trastornos neurológicos y del comportamiento, incluidos temblores, insomnio, pérdida de la memoria, dolores de cabeza, disfunciones cognitivas y motoras, e incluso problemas neuromusculares.

El mercurio es un metal pesado que no se excreta tan fácilmente por nuestro organismo y que al contrario, se fija, igual que en el pescado, en la musculatura.

Se calcula que el atún de mayor tamaño puede acumular hasta 58 microgramos (mcg) de mercurio por cada 85 gramos de carne, mientras que el atún más pequeño puede contener hasta 11 mcg por cada 85 gramos.

En este sentido, las autoridades de Estados Unidos decretaron que las dosis tolerables de metilmercurio para una persona son de 0.7 mcg por cada kilo de peso; mientras que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés), estableció que la ingesta tolerable de este metal es de 1.3 mcg por kilo de peso corporal.

A pesar de lo que se podría pensar, se ha señalado que el atún de conserva o de lata tiene niveles más bajos de metilmercurio que el pescado fresco, debido a que la mayoría se hace con pescado pequeño. No obstante, se considera que una persona adulta no debería comer más de siete latas de atún a la semana para no superar la cantidad que se considera segura.

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