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Así es como los probióticos te pueden ayudar a combatir el acné

Pueden tener un papel en el tratamiento enfermedades inflamatorias intestinales; hasta el acné, la rosácea, la dermatitis atópica y el fotoenvejecimiento

Así es como los probióticos te pueden ayudar a combatir el acné
Probióticos ¿Cuál es su relación con la piel sana? Foto: Shutterstock

Actualmente, los probióticos han despertado un especial interés en la sociedad, y es que estos microorganismos vivos proporcionan beneficios variados para la salud del huésped, tal como en el manejo de enfermedades y la modificación inmunológica. Fue esta última cualidad sobre la cual trabajó un grupo de expertos para discutir su uso en los tratamientos para el acné y otros cuidados de la piel.
Estos microorganismos vivos los incorporamos a nuestro organismo mediante la alimentación, y están presentes en alimentos como el yogurt y los fermentos lácticos, dos de las opciones más populares, aunque también podemos variar y añadirlos a nuestra dieta consumiendo chucrut (col fermentada), tempeh, té de Kombucha, kéfir, encurtidos, ciruelas umeboshi, kimchi coreano o miso. 

Los probióticos y la salud, una relación histórica

El informe más antiguo sobre probióticos se remonta a 1907, cuando Elie Metchnikoff describió una correlación entre el consumo de bacterias productoras de ácido láctico en el yogur y una mayor longevidad. Pasaron muchos años para saber que aquellos productos que contienen probióticos- comúnmente formulados mediante la fermentación- contrarrestan las bacterias patógenas y contribuyen a la regulación de las respuestas inmunes innatas y adaptativas.

Pero en la última década, surgió un especial interés en una área que no había sido explorada del todo: el manejo de enfermedades inflamatorias.

¿Pueden combatir el acné?

Enfermedades como el acné, la rosácea o el envejecimiento prematuro son afecciones a las que, si bien un individuo puede tener una predisposición genética a desarrollarlas, la exposición a un factor ambiental específico siempre ejercerá presión sobre el genoma, lo que determinará si la enfermedad se desarrolla, o bien, qué tan grave podría ser. 

Ante esto, los nuevos conocimientos sobre probióticos podrían ser favorables. Dado que el tracto gastrointestinal alberga el depósito más grande de bacterias comensales y actúa como el órgano inmunológico más grande del cuerpo, un equipo de investigadores ha decidido evaluar la influencia de estos microorganismos en la modificación del sistema inmunológico, así como en las reacciones antiinflamatorias y, por consecuencia, su papel para combatir el acné.

Este estudio, ha logrado demostrar que la ingestión oral de ciertas cepas probióticas mejora la barrera cutánea y afecta la hidratación de la piel y la pérdida de agua transepidérmica. Para ello, se experimentó con varios grupos y en el que se probaron los probióticos, tanto la sensibilidad de la piel como la función de barrera cutánea mejoraron. Además, también mostraron aumentos en la concentración sérica de TGF-beta, que juega un papel importante en la integridad de la piel.

Esta capacidad sugiere que los probióticos pueden tener un papel en el tratamiento de afecciones inflamatorias crónicas, que van desde las enfermedades inflamatorias intestinales, hasta el acné, la rosácea, la dermatitis atópica y el fotoenvejecimiento.