No son las grasas, este compuesto es el enemigo número 1 de la salud

Cuando hablamos de grasas solemos tener la idea de que son perjudiciales para nuestra salud, ya que las asociamos a "engordar" o a problemas del corazón, sin embargo esta idea es parcialmente errónea, ya que ahora sabemos que incluso hay grasas saludables que necesitamos incluir en nuestra alimentación para mantener nuestro organismo en buen estado. ¿Entonces por qué asociamos a las grasas con afecciones como las enfermedades coronarias?

Gracias a trabajos publicados en el Centro Nacional para la Información de la Biotecnología de Estados Unidos sabemos que durante gran parte de la segunda mitad del siglo XX, se popularizo la idea de que las grasas que consumíamos eran responsables del las obstrucciones de las arterias, esto debido a los trabajos de Ancel Keys, fisiólogo de la Universidad de Minnesota.

Debido a sus investigación se relacionó el consumo de colesterol a la presencia de colesterol en las paredes de las arterias, este compuesto se se transporta por medio de lipoproteínas, las de baja densidad (LDL) viajan del hígado al resto de tejidos, lo que puede propiciar que el colesterol se quede adherido a las paredes arterial, mientras que las de alta densidad (HDL) recorre el camino inverso por lo que pueden retirar el colesterol y llevarlo hasta el hígado donde nos podemos deshacer de él en cierta medida.

De esta manera el foco de las enfermedades cardiovasculares se fijó en el colesterol LDL y en los ácidos grasos saturados, ya que estos aumentan los niveles de este tipo de colesterol, sin embargo, posteriores estudios demostraron que aunque las grasas saturadas influían en el nivel del colesterol, esto no estaba asociado a una mayor mortalidad cardiovascular.

Esto ocasiono que la comunidad científica se fijara en otro compuesto de nuestra alimentación: el azúcar. Estudios recientes han demostrado que el consumo de azúcares añadidos puede aumentar el riego de aterosclerosis y la mortalidad cardiovascular, por lo que los productos procesados con excesos de azúcares, grasas saturadas y sal, podrían incrementar en gran medida el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares,