Estos son los mitos y riesgos para tu salud por consumir sal en exceso

La sal de mesa es uno de los ingredientes más empleados en la cocina y, si bien procede del mar principalmente, se compone químicamente de cloruro de sodio. En la cocina se emplea como un ingrediente para intensificar los sabores de la comida y para estimular el apetito, y aunque históricamente ha tenido un gran valor, recientemente se ha hecho hincapié en los efectos adversos de su uso.

Por esta razón, del 8 al 14 de marzo se celebra la Semana Mundial de Sensibilización sobre la Sal, con el objetivo de crear conciencia de que es un alimento que al ser usado en exceso puede causar retención de líquidos, gastritis, aumento en el riesgo de sufrir presión arterial alta, enfermedades cardiovasculares o del hígado y el riñón.

Si bien la ausencia total de la sal en la dieta resulta perjudicial para la salud, en la actualidad la industria la usa en grandes cantidades para producir alimentos procesados, a los que se añade glutamato monosódico, lo que causa un aumento en la osmolaridad de la sangre o deshidratación excesiva, pérdida de minerales, y los riesgos antes mencionados.

Mitos sobre el consumo de la sal

Ahora que ya te hemos hablado de los riesgos de consumir sal en exceso, te compartimos algunos de los mitos en torno a este alimento, además de decirte de qué forma puedes detectar la presencia de sodio y cómo sustituirla en tu dieta.

1. Sólo como sal en mi comida

Aunque la mayoría considera que sólo agregan sal en su comida, al consumir productos ultraprocesados es muy seguro que se estén consumiendo cantidades excesivas de sodio, por ejemplo en las papas fritas, en las sopas instantáneas, en embutidos, bollería industrial o panadería empaquetada, refrescos, etcétera. Actualmente en México se cuenta con el sello que indica "exceso de sodio" en este tipo de productos, con el fin de identificar más rápido los alimentos que pueden aumentar nuestra ingesta de sal.

2. La sal sólo está en los alimentos salados

Si piensas que por comer cereal o catsup te has salvado de aumentar cloruro de sodio a tu ingesta diaria, en realidad estás equivocado. El sodio también se encuentra en alimentos ultraprocesados endulzados como cereales de caja y salsas de tomate envasadas, así que cuida y disminuye tu ingesta de estos productos.

3. Sin sal no sabe la comida

La sal ha formado parte de nuestra dieta por muchos años, por lo que nuestro paladar se ha adaptado al sabor de los alimentos con este aditamento; sin embargo, cada producto tiene su propio sabor y podemos ir descubriendo hasta los tonos más sutiles cuando disminuimos el nivel de sal en los alimentos. Por ejemplo, en la época prehispánica no se empleaba sal, pero a cambio se usaban otros condimentos, actualmente existe una gran variedad de especias con las que puedes sustituir este ingrediente.

4. Cuando hace calor necesito sal extra

Este mito se ha extendido a lo largo del tiempo, pues se asegura que al sudar perdemos sales necesarias para nuestro organismo; sin embargo, la realidad es que la cantidad de sal que perdemos a través del sudor en época de calor es mínima y lo que sí requerimos es mantenernos hidratados con agua simple o alimentos ricos en agua como frutas y vegetales.

5. Quitar el salero de la mesa no sirve de nada

Aunque parece que no tiene un efecto verdadero, quitar el salero de la mesa es un buen paso para disminuir la cantidad de sal que comemos, pues es muy común que las personas añadan sal a sus alimentos sin antes probarlos por un hábito adquirido con el tiempo. Este acto reflejo puede romperse con el simple hecho de quitar el salero de la mesa.

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