Consumir azúcar es parte de nuestro día a día. Aunque no lo creas, lo sólo es la refinada, pues la podemos encontrar en verduras, frutas y un largo etcétera de alimentos. Aunque nosotros entendamos por glucosa, únicamente a los prismas o cubitos pequeñitos, que vienen de la caña procesada, como mascabada, morena y refinada, el tema es amplio y va más allá de esto, pues es uno de los nutrientes más importantes para el cuerpo humano.
La glucosa es el azúcar que se encuentra principalmente en la sangre y proviene de los alimentos, que se consumen normalmente y es la fuente más importante de energía, de acuerdo con el gremio científico experto en el tema. Junto con la grasa, el cuerpo la usa como combustible para que tengamos un excelente desempeño físico y mental en forma de carbohidratos. Por eso la podemos encontrar en pan, fruta, verdura y lácteos.
Para que todo esto funcione, el azúcar tiene que colocarse en la sangre para que así los nutrientes se puedan aprovechar al máximo. De acuerdo con algunos científicos, los jugos naturales y artificiales, los caramelos y el azúcar son algunos de los productos que promueven una rápida absorción de glucosa en el intestino, pues sus componentes no tienen grasa o proteína, por lo que no retrasan en vaciado gástrico.
Cuando consumes estos alimentos, el azúcar tarda en llegar a la sangre en 15 minutos, es decir, la mitad del tiempo que cuando se combina con componentes balanceados, como carbohidratos, verduras o frutas, donde la glucosa puede tardar en llegar hasta en media hora aproximadamente. Cuando se produce la digestión alimenticia, los niveles de glucosa en la sangre, que clínicamente se denominan glucemia, varían a lo largo del día, oscilando entre concentraciones de 70 y 145 miligramos por decilitro de sangre.
Por esta razón, por la mañana, cuando estamos en ayunas, los niveles son más bajos. Se elevan después de cada comida y luego vuelven a descender dos horas después. Por lo tanto, lo más recomendable es que la glucemia se mida cuando te levantas por la mañana antes de tu desayuno y si tienes tus niveles entre los 70 y 100 mg/dl en ayunas, y en menos de 140 mg/dl dos horas se considera normal.
Pero si tu metabolismo no funciona correctamente, las células de los tejidos dejan de asimilar de manera adecuada la glucosa y esta se empieza a acumular en la sangre. Esto suele pasar, cuando los niveles de glucosa se sitúan entre 100 y 125 mg/dl por la mañana y después de comer entre los 140 y los 199 mg/dl. Así que ahora que lo sabes todo, seguro verás los alimentos y caramelos con más amor que antes.