Dieta saludable
¿Cuál es la cantidad de sal que debes usar para cocinar? Esta guía te sacará de dudas
Si consumes demasiada sal, podrías intoxicarte, ya que el sodio extrae el agua de las célulasLa sal es uno de los ingredientes que no pueden faltar en nuestra comida. De hecho, casi siempre está presente, hasta un poquito de más. Pero, ¿alguna vez te has preguntado qué pasa en tu cuerpo cuando comes sal? o ¿Por qué no es saludable comer tanta? La verdad es que no te sientas mal si esto no ha ocurrido, porque la mayoría de las personas no se interesan en saber las contraindicaciones hasta que por alguna razón su cuerpo empieza a mostrar alguna reacción adversa.
Se define como una sustancia cristalina y ordinariamente blanca, soluble en agua y crepitante en el fuego. Se trata del cloruro de sodio, que puede hallarse en el agua de mar o algunas masas sólidas, que se utiliza como condimento para sazonar las comidas y la conservación de la carne. Existen muchos tipos de sales, como la común, que se emplea de manera habitual en la cocinas para darle un toque diferente y sabroso a cualquier plato o la marina, que se obtiene directamente del mar.
El consumo de la sal modifica el comportamiento frente a los alimentos, ya que es un generador del apetito y estimula su ingesta. Se emplea fundamentalmente en dos áreas: como condimento de algunos platos y como conservante en los salazones de carnes, pescado y algunas verduras, así como en la elaboración de ciertos encurtidos. Es la única roca que es comestible para el ser humano, y es posiblemente el condimento más antiguo.
¿Qué pasa con tu cuerpo cuando consumes mucha sal?
La sal es un condimento barato, que puede conseguirse fácilmente en cualquier tienda o supermercado. El consumidor la encuentra en tres formatos: fina, gorda o en forma de copos (esta última suele utilizarse en la alta cocina). Se comercializa también de dos tipos: como sal refinada, la más habitual, en forma de cristales homogéneos y blancos, y como sal sin refinar, cuyos cristales pueden ser más irregulares y menos blancos.
Sin embargo, si consumes demasiada sal, podrías intoxicarte, ya que el sodio extrae el agua de las células, lo que supone un estrés fisiológico y de no reponerse el equilibrio hídrico, se producen diarrea y vómitos. En casos más graves la sal podría provocar trastornos cardíacos, respiratorios o incluso la muerte. Por eso, para tratar de evitar todo esto, lo más recomendable es cocinar y comer sólo con la cantidad necesaria.
La mayoría de los cocineros destacan que una de las cosas más difíciles de su profesión, es justamente echarle sal a los platillos que preparan, pues aunque los médicos dicen que mientras no se excedan los 100 gramos, todo bien, pero lo que es un hecho es que los momentos para echar el cloruro de sodio en la comida, cambian. Por lo tanto, aunque el gusto de sal depende del gusto del chef o cocinero, aquí te dejamos una breve guía para que no te pases.
1.Si cocinas a la plancha, de a poquito
Cuando cocinas a la plancha, lo mejor es echar la sal justo después de que se forme la costa superficial para no secar el alimento, pero sí dejarle un buen sabor.
2.Cuando cocinas a las brasas, un poco más
Como lo que quieres es aprovechar el humo, conviene que sales ligeramente tus alimentos, pero eso sí: Antes. De esta manera se romperán las fibras y el exquisito aroma de las brasas rodeará a nuestros alimentos. Aquí se suele usar un poquito más de sal que a la plancha o cuando guisas. Procura disolver la sal en agua, para que así, no te excedas.
3. Cuando estás guisando o cociendo alimentos, poquito a poco
Aquí es donde más cuidado debemos de tener, porque como no se echan todos los ingredientes a la vez, podríamos salar todo por separado, pasándonos de la cantidad. Por eso, lo que puedes hacer es sólo echar la sal necesaria cuando estés cociendo la carne para que se rompan las fibras y quede más blanda. Después puedes echar las verduras al caldo o guisado, para que pruebes y sólo al final pruebes si está bien de sal o le falta otro poquito. En este caso siempre es mejor menos que más.