Estar conscientes de nuestro estado de salud conlleva estar pendientes de una correcta alimentación y hacer rutinas de ejercicio adecuadas. Dentro de estas cuestiones, un punto muy importante es mantener los niveles de hidratación adecuados, porque no hacerlo puede ser más peligroso de lo que te imaginas; pues el cuerpo tiene como necesidad básica para funcionar, el agua.

De hecho muchas veces se dice que “el agua es vida” y esta frase es verdadera, ya que el cuerpo necesita el agua más de lo que necesita comer e incluso dormir. La razón de esto es que todas las funciones corporales necesitan agua para trabajar de manera adecuada, transportar nutrientes y eliminar las toxinas. De hecho se considera que nuestro cuerpo es en su mayoría agua, siendo el 66% de nuestra composición corporal. Es por esto que juega un papel tan importante en la salud.

Sin embargo, cuando uno no pone especial atención en la hidratación se corren ciertos peligros como los siguientes:

Las funciones corporales esenciales no funcionan eficazmente

El cuerpo necesita de una adecuada hidratación para llevar a cabo todas sus funciones de manera óptima. En caso de que esto no suceda, los órganos no obtienen los nutrientes que necesitan, la circulación es deficiente y el cuerpo no funciona con eficacia.

Los niveles de productividad son bajos

La hidratación es indispensable para pensar con claridad, ya que el cerebro está compuesto por un 95% de agua. Así que cuando no tiene los niveles adecuados, tus niveles de productividad bajan y se vuelve complicado realizar las actividades cotidianas.

Puede ocasionar mal humor e irritabilidad

La deshidratación puede afectar directamente el estado de ánimo ocasionando mayor sentimiento de cansancio, estar malhumorado e irritable e incluso ocasionar una sensación de hambre.

Tips para mantenerte bien hidratado

• Toma un vaso de agua al levantarte
• Ten siempre un termo de agua a la mano y dale varios tragos durante el día
• Opta por tomar líquidos fríos para que el cuerpo los absorba con mayor facilidad.
• Siempre toma agua antes de hacer ejercicio, durante y después.
• Come alimentos con altos contenidos de líquidos como sopa de verduras.

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