¿Es malo beber alcohol mientras tomas un tratamiento con antibióticos?

Estamos próximos a las fiestas patrias y en estas fechas es común que en el festejo se brinde con alguna bebida alcohólica; sin embargo, es importante recordar por un lado que aún estamos atravesando una pandemia que nos exige no bajar la guardia, por lo que es indispensable mantener las medidas de higiene y sana distancia, además de evitar lugares aglomerados o reuniones con muchas personas, en especial si son del sector vulnerable, y que éstas sean prolongadas.

Por otra parte, es una época en la que los cambios climáticos y las defensas bajas pueden dejar al organismo vulnerable frente a bacterias y virus, por lo que las enfermedades broncorespiratorias y estomacales comienzan a ser más comunes que en otras fechas. Ante estos escenarios, también se incrementan los tratamientos con antibióticos, que son enviados para combatir enfermedades o infecciones de esta naturaleza.

Es esencial destacar que los antibióticos son tratamientos que únicamente deben ser suministrados por los médicos, ya que tomarlos sin las dosis adecuadas puede generar resistencia al microorganismo y evitar que mejoremos en próximas ocasiones. Este comentario no es al azar, debido a que son medicamentos que por su naturaleza, pueden generar problemas a la salud si no se respetan los parámetros establecidos por los especialistas en la salud.

¿Es malo mezclar antibióticos y alcohol?

De acuerdo con los especialistas en la salud, los antibióticos y el alcohol no deben mezclarse, ya sea por los efectos secundarios que se desprende de la mezcla de algunos de estos tratamientos, o bien, porque en otros casos puede disminuir el efecto del medicamento. Ocurre que el alcohol es una droga que al ingresar en el sistema digestivo viaja a través de la sangre a diferentes órganos, como el cerebro y el hígado.

Cuando pasa al hígado, las enzimas lo metabolizan para deshacer los compuestos químicos, tanto del alcohol, como de los antibióticos y aquí pueden suceder dos cosas. Por un lado, las enzimas que los descomponen pueden tener un mayor efecto para desintegrar los componentes, lo que en el mejor de los casos puede metabolizar más rápido al medicamento y perdiendo el efecto del tratamiento, incluso si la ingesta del alcohol es crónica, es decir, que la persona bebe frecuentemente, las enzimas desechan más rápido los componentes, por lo que una dosis menor de antibióticos puede resultar insuficiente.

Por otra parte, se encuentran los efectos adversos, por ejemplo, en como el metronidazol, el tinidazol, el sulfametoxazol y la trimetoprima, contienen sustancia como la tiramina que al mezclarse con alcohol pueden provocar náuseas, vómitos, enrojecimiento facial o un aumento de la frecuencia cardiaca; en el caso del paracetamol, utilizado actualmente para disminuir los efectos de la Covid-19, aumentan los efectos tóxicos en el organismo.

¿Entonces qué hacer si estás tomando medicamentos y quieres beber alcohol? Lo mejor es evitar el consumo de alcohol, pero si aún así quieres brindar, lo más recomendable es consultarlo con el médico que te envío el tratamiento, pues éste te puede asesorar sobre si es posible la interrupción del medicamento, ya que en algunos casos, esto es posible y en otros no, pues se requiere de un nivel estable en la sangre del antibiótico para lograr el efecto buscado.