La alimentación es un factor clave para prevenir y erradicar innumerables afecciones y el colesterol alto no es la excepción.

De acuerdo con las cifras del Instituto Nacional de Cardiología, cuatro de cada 10 adultos posee colesterol alto. Esta sustancia grasa, que en realidad está presente en todas las células de nuestro organismo para formar membranas y producir ciertos tipos de hormonas, se convierte en una complicación cuando comienzan a formarse depósitos grasos en los vasos sanguíneos. Esta actividad volverá cada vez más complicado que la sangre fluya a través de las arterias, desencadenando consecuencias como posibles accidentes cerebrales o ataques cardíacos. 

Aunque es bien sabido que se trata de una afección que en algunos casos es hereditaria, también es claro que existen factores en nuestro estilo de vida que pueden contribuir a que ésta se desarrolle, tales como la falta de ejercicio, el tabaquismo y, por supuesto, una mala alimentación.

El papel del aguacate

Es indudable que el aguacate es uno de los alimentos consentidos por la mayoría de  los mexicanos. Su característico sabor le da ese toque diferente a cualquier carne asada, tacos o sopas. Los aguacates pertenecen a la familia del laurel, el mismo grupo de plantas que incluye hojas de laurel y canela; un tipo de plantas prospera en climas cálidos subtropicales, por lo que evolucionó y es propicio en los climas cálidos de América Central desde hace aproximadamente 10 millones de años.

Dado que los alimentos, como las hojas y los pastos, son muy bajos en calorías y grasas, los aguacates siempre resultan clave para llevar una dieta equilibrada para aquellos que, por decisión propia o por cuestiones médicas, han dejado de lado las carnes.

Algo que probablemente no sabías, es que el 70% de los aminoácidos que este alimento contiene ¡están en sus semillas! Y en realidad, todos ellos son ideales para el tratamiento por exceso de colesterol y triglicéridos.

Por otro lado, tal vez te haya sobresaltado la palabra “grasas”, pero no debes preocuparte pues las que el aguacate contiene disminuyen los niveles de colesterol malo (LDL) y también contribuyen a eliminar las partículas de colesterol bueno (HDL). 

¿Cómo prepararla?

Algo que debes saber es que el sabor de la semilla de aguacate no se parece en lo absoluto al de la fruta de la que proviene. Ésta tiene sabores amargos y astringentes, por lo que prepararla en una infusión puede ser ideal para empezar a disfrutarla.

Solo debes quitarle al hueso la capa fina de color marrón que está alrededor. Una vez hecho esto se deberá rallar y tostar a fuego bajo para después hervirla durante 10 minutos con agua.