5 alimentos ricos en zinc que te ayudarán a reforzar tus defensas

Seguro que pocas veces habrás pensado que el zinc es un mineral fundamental para la regeneración celular de tu cuerpo y que debes de administrarlo a tu cuerpo a través de la comida. Pero además, consumido junto con la vitamina C hacen un duo que refuerza tu sistema inmunológico poniendo las cosas muy difíciles a aquellos microorganismos, bacterias o virus que tengan como objetivo abatir tus defensas para tomar el control de tu cuerpo. 

Pues el zinc además es muy importante para garantizar el crecimiento y desarrollo correcto de los niños y durante el resto de nuestras vidas tendrán como función sustituir las células viejas por otras nuevas, participando en cientos de reacciones enzimáticas, entre ellas las relacionadas con el metabolismo de grasas, las proteínas y la testosterona, manteniendo en perfecto estado la piel, el pelo y la uñas.

Pero como casi todo en alimentación, existe letra pequeñas, es decir, debemos fijarnos en ciertas peculiaridades que tiene este mineral ya que para poder beneficiarnos de su ingesta es recomendable que consumamos 15 miligramos al día, pero ¿ todos los cuerpos lo asimilan de igual manera? La asimilación de este mineral por el cuerpo humano es limitada y no todos las personas lo asimilan de igual forma. Es por eso que suelen producirse problemas en la salud tanto si se ingiere por exceso como por defecto.

La fórmula mágica es tomarlo junto con vitamina C, ya que ésta junto con las proteínas favorecen su absorción. En cambio, ,el cobre, el calcio y el fósforo la dificultan.

De todo el zinc que consumamos, sólo el 20% será asimilado por el cuerpo humano.

Según la Biblioteca Nacional de la Salud de los Estados Unidos, en un estudio publicado recientemente, indica que la deficiencia de zinc en nuestro organismo es directamente culpable de un mayor riesgo de contraer infecciones, así como una curación lenta de las heridas, irritaciones cutáneas o en los niños el retraso en el crecimiento infantil. 

Cinco alimentos que seguro que consumes habitualmente son verdaderas fuentes de zinc. Veámoslos:

1) Las almendras: Se trata de uno de los frutos secos con más contenido en zinc (3.3 miligramos por cada 100 gramos de éstas). Además contienen mucho calcio, lo que las convierte como ideales para el crecimiento y mantenimiento de los huesos, y además contienen potasio que favorece la buena circulación de nuestra sangre. Son ideales para un dieta equilibrada y saludable. 

2) Los copos de avena: son un aliado perfecto para el sistema inmunológico ya que aportan 3,5 miligramos de zinc por cada 100 gramos de éstos. Además es un cereal muy completo que aporta además proteínas, grasas, carbohidratos y buenas cantidades de magnesio y manganeso. Ideal para un buen desayuno. 

3)Pechuga de pollo: Contiene por cada 100 gramos de ésta la mitad de la cantidad diaria de zinc que debemos consumir, además de aportarnos gran cantidad de vitaminas y minerales, así como 20 g de proteína limpia con un bajo aporte calórico. Es decir, el aliado perfecto del músculo. Y si hay que añadir algo más, de este maravilloso alimento, la pechuga de pollo contiene un promedio del 40% de los aminoácidos esenciales (los que el organismo no sintetiza y debemos aportar con la dieta).

4) El hígado: cada vez menos gente consume esta parte del animal, pero por cada 100 g que consumas de hígado aportarás 7 miligramos de zinc. Es un gran remedio para la anemia debido a su contenido de vitaminas C y A.

5) Almejas: 100 g de este marisco aportan 7 miligramos de este mineral por lo que son una buena opción para nuestra dieta, además son perfectas para los deportistas porque casi no tienen grasa y son una gran fuente de proteínas. 

6) Pepitas de calabaza: la reina de los alimento aportando zinc, el consumo de 100 gramos de éstas aportan 7,48 miligramos de zinc, además son un verdadero tesoro nutricional la que son ricas en ácidos grasos y antioxidantes que ayudan a prevenir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Ah!! y contienen triptófano , un aminoácidos que estimula la producción de serotina, la hormona neurotransmisora del bienestar, que se transforma en melatonina, lo que favorece el sueño.