Saludable
Estas son las recomendaciones alimenticias que debes seguir si estás haciendo ejercicio
Una mala alimentación podrían estar saboteando el ejercicio que haces de forma constanteEn los últimos 8 meses de encierro a causa de la pandemia por el virus de Covid-19, seguro tuviste una mayor oportunidad de realizar una rutina de ejercicio, en especial para mantenerte saludable y ayudar al cuerpo a mejorar sus defensas contra el virus, o bien eres de las personas que realiza ejercicio de forma regular para mantenerse en movimiento y tener un peso saludable. Sea cual sea el motivo, hacer una rutina de ejercicio también debe estar combinada con una buena rutina de alimentación, sin hacer dietas, simplemente mejorar la forma en la que comemos y cómo comemos.
La alimentación que lleves antes, durante y después del entrenamiento, juega un papel muy importante dentro de la saluda en general, ya que puede influir directamente en el rendimiento que tengas en cada rutina de ejercicios. Una dieta balanceada y planificada te permitirá mantener tus niveles de energía en estados óptimos, ayudando al músculo a recuperarse de forma más acelerada y al mismo tiempo reduciendo las posibilidades de sufrir alguna lesión e incluso para acelerar la pérdida de peso.
Hay dos errores muy comunes que se cometen a la hora de llevar una buena alimentación y hacer ejercicio, el primero, es sobreestimar las calorías que se queman durante el entrenamiento, ya que se cree que con una rutina de una hora podemos eliminar las calorías de una hamburguesa, sin embargo, para ponerlo en perspectiva, si tomamos dos latas de refresco, se necesita una caminata de 10 kilómetros para eliminar las calorías que ingerimos.
El segundo, es ser mucho más flexibles en cuanto a lo que consumimos, ya que por lo general creemos que al hacer ejercicio podemos darnos ciertos gustos en cuanto a la comida, por ejemplo, hacer una rutina de ejercicio de una hora por la mañana e ir a cenar tacos por la tarde, bajo el argumento de que se realiza ejercicio. Sin embargo, se trata de una idea errónea, ya que por lo general con estas ideas solemos consumir muchas más calorías de las que se queman y por ende no obtener los resultados que tanto se desean.
Desayuna antes de entrenar
Antes de comenzar con tu entrenamiento, en especial si lo haces por las mañanas, lo mejor que es te levantes con buen tiempo de anticipación para que desayunes lo mejor que puedas, esto concentrará mejor tus niveles de energía y te permitirán aguantar una rutina mucho más prolongada y de mayor intensidad. Intenta desayunar al menos una hora antes de hacer ejercicio y consume cereales o panes integrales, leche baja en grasas, jugos naturales, plátanos y hasta un poco de yogurt.
Controla tus porciones
Llevar una dieta balanceada no se trata de eliminar todo lo que te gusta, sino de controlar la forma en la que lo haces. Si vas a tener comidas muy abundantes intenta ejercitarte tres o cuatro horas después de dicha comida, pero si planeas consumir comidas muy ligeras, podrás hacer ejercicio entre una y tres horas después de ingerirlas. Lo mejor es encontrar un balance entre tus comidas y el ejercicio, ya que comer de más podría dejarte sin ganas de hacer ejercicio y comer muy poco podría no darte la energía que necesitas para completar una rutina.
Incluye colaciones
Ya sea entre comidas, justo antes de hacer ejercicio o justo después del mismo, las colaciones como barras energéticas, licuados frutales, sándwich de mantequilla de cacahuate, entre otras, se convertirán en tus mejores aliados, ya que si te aseguras de no tener hambre a mitad del entrenamiento o evitar esos antojos que no son saludables justo después de terminar con tu rutina. Recuerda que siempre debes llevar contigo algún tipo de snack saludable para que puedas comer algo antes o después del entrenamiento.
Bebe mucha agua
Antes, durante y después del entrenamiento, tu cuerpo necesita de la hidratación necesaria para poder ayudar al cuerpo a tener un balance. Además, será de gran ayuda para sentirte satisfecho por mucho más tiempo, que a su vez impedirá que seas víctimas de los antojos o los atracones que podrías sufrir después de hacer ejercicio. La cantidad recomendada de agua en general es de dos litros al día, pero esto dependerá de tu rutina de ejercicio así como del clima en el que te encuentre, así que aprende a escuchar a tu cuerpo.
Come bien
Después de entrenar es importante que comas algo que le permita a tu cuerpo recuperar la energía perdida y al mismo tiempo regenerar el músculo. Alimentos como las combinaciones de yogurt y fruta, leche de chocolate baja en grasas, pavo con pan integral, así como licuados con proteínas para entrenamientos, se convertirán en tus mejores aliados para ayudar a tu cuerpo a recuperarse de la mejor forma posible.