Jícama, la leguminosa de temporada que podrás comer sin culpa y sin engordar

Noviembre y diciembre son meses donde verás por todos lados a la jícama, una leguminosa que se caracteriza por su bajo contenido calórico, su aporte de vitamina C y minerales, principalmente potasio, hierro, calcio y magnesio. También tiene un alto contenido de carbohidratos y el 87% de su contenido es agua, 1.3 gramos de proteína y tan solo 39.9 calorías.

La jícama se consume pelada, tanto cruda como cocida, en ensaladas o sola con chile y limón. Por ello, es importante lavar la cáscara antes de pelarla, así protegemos la pulpa de cualquier contaminación. Las jícamas más grandes tienen una textura más gruesa y su ligero sabor dulce será menor.

Debido a su bajo contenido calórico es un alimento recomendable para consumir como botana entre las comidas, si lo que buscas es no subir de peso. La jícama combina muy bien con verduras y frutas, como naranjas, manzanas, zanahorias y cebollas, al igual con carnes y mariscos. En México, durante las posadas navideñas podemos encontrar la jícama dentro de las típicas piñatas.

Para mantenerla lo más fresca posible, se recomienda almacenar la jícama en un lugar frío y oscuro, que no sea el refrigerador, hasta por dos semanas, siempre y cuando no haya sido rebanada o pelada.  De acuerdo con cifras 2018, publicadas por el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), la producción nacional de jícama fue de 205,531 toneladas, obtenidas en una superficie cosechada de 6,799 hectáreas.

Los principales estados productores fueron Nayarit, Guanajuato y Veracruz, con 66.2, 44.5 y 27.7 mil toneladas, en ese orden. En conjunto, estas tres entidades aportaron más del 67% del volumen total nacional.