Lamentablemente, en México, más del 70% de la población sufre de gastritis y aunque sus causas son variadas una alimentación equilibrada y rica en frutas y verduras es esencial para el bienestar digestivo.

El padecimiento más común es la gastritis aguda y, aunque se presenta por un lapso corto de tiempo, es causante de lesiones sangrantes. Por otro lado, la gastritis crónica es aquella que puede presentarse durante un periodo más largo y se divide en más clasificaciones.

Aunque cada una de ellas debe recibir atención médica específica y la previa revisión por parte de un médico o enterólogo, existen ciertos alimentos que definitivamente deben evitarse para no agravar los síntomas que pueden alcanzar dimensiones como hemorragias abdominales.

Los lácteos con alto contenido en grasa, verduras flatulentas o crudas, picantes, cítricos, frituras y bebidas irritantes como alcohol, café y gaseosas; son algunos de los que debes alejarte.

Y aunque estas restricciones alimenticias podrían parecer molestas, también brinda la oportunidad de probar alimentos más sanos y naturales, como la manzana.

Manzana cocida para la gastritis

La manzana preparada de esta manera puede ayudar a ciertos pacientes con gastritis ya que es una de las mejores formas de aportar altas cantidades de fibra soluble al organismo, ayudando al movimiento intestinal. 

Esto se debe a que esta fruta es rica en pectina, un tipo de fibra soluble que actúa aumentando la digestión y disminuyendo la absorción de grasas provenientes de la alimentación, lo cual también podría resultar benéfico para pacientes con problemas de colesterol y triglicéridos altos, que igualmente podrían sufrir de enfermedades cardiovasculares como infarto al miocardio o aterosclerosis. 

Por si fuera poco, la manzana posee polifenoles que tienen efectos antioxidantes para controlar la presión arterial y reducir el riesgo de accidentes cerebrovasculares.

Para disfrutar de sus bondades solo tienes que lavar 3 manzanas y retírales el corazón, luego parte en trozos y colócalos en una olla con agua suficiente y déjala hervir por al menos 15 minutos. Después de retirarlos del agua y dejarlos enfriar forma una especie de papilla aplastando los trozos con una cuchara. Finalmente agrega canela o miel al gusto.

Nota: Es importante que no les retires la cáscara pues esta es la zona que mayor fibra contiene.