Frutas deshidratadas, beneficios y todo lo que debes saber

La fruta seca es un producto valorado en la gastronomía, pues se pueden preparar diferentes platillos con ellas, o también se pueden comer solas como snacks. Existe una gran variedad de frutas que pueden pasar por el proceso para deshidratarlas: uvas pasas, ciruelas, manzanas, chabacanos, ciruelas, higos, dátiles, cítricos, arándanos y plátanos son las más conocidas. 

El aporte calórico de estas frutas no supera las 300 kilocaloría por cada 100 gramos; sin embargo, mantienen su aporte nutricional. Las frutas secas se obtienen del secado al que son sometidas con el cual se reduce el contenido de humedad hasta llegar a un 20% del peso. 

Este proceso se realiza para dos objetivos: aumentar las posibilidades de preservación de las frutas y reforzar su sabor; sin embargo existe el mito que estos alimentos llegan a perder sus poderes nutricionales, lo cual es completamente falso pues aunque son deshidratadas aún conservan sus vitaminas y minerales.

Este tipo de frutas  también representan una buena fuente de hierro, entre los que destaca el orejón de melocotón y el higo seco, además pueden sumar calcio a la dieta, como el higo seco y las uvas pasas, estas frutas son una buena fuente de potasio y de vitaminas del complejo B, así como de vitamina E y antioxidantes. Son frutas recomendadas para deportistas y personas que tienen hipertensión arterial.

Al no contener agua, las frutas deshidratadas concentran mejor la fibra, un nutriente muy necesario que nos ayuda a mantener una buena digestión, también mantiene mejor los antioxidantes y el ácido fólico; sin embargo, es importante mencionar que así como es rico en estos nutrientes, también almacena el azúcar natural de las frutas. 

Otra ventaja de estas frutas es que las pueden comer personas que sufren de hipertensión arterial, ya que contienen cantidades bajas en sodio y son ricas en micronutrientes. Sus antioxidantes ayuda a combatir los radicales libres y mantener con salud la piel.