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¿Por qué comer huevo en el desayuno puede ayudarte a bajar de peso?
Incluir huevos en el desayuno es algo muy característico en la dieta de los mexicanosDesayunar huevo es algo bastante común, pero a esta práctica normalmente no se le da la importancia necesaria, de lo contrario muchos sabrían que hacerlo puede ayudarnos a mejorar nuestro rendimiento a lo largo de la jornada y a alcanzar ese objetivo tan anhelado, bajar de peso.
De acuerdo con un estudio publicado en el International Journal of Obesity, incluir por lo menos una pieza de huevo en tu desayuno podría facilitar la pérdida de peso.
Sin embargo, aunque el estudio corroboró que este hábito, combinado con una dieta con déficit de energía, sí permite perder 65% más de peso por semana; no induce la pérdida de peso en una condición de vida libre.
Por lo que la inclusión de huevos en el desayuno puede funcionar en un programa de control de peso fungiendo como suplemento nutritivo.
Seguramente tú también te estás preguntando cómo es que sucede esto. Las explicaciones fundamentalmente se basan en que el huevo es un alimento saciador, por lo que permite disminuir la cantidad y frecuencia de comida. Por otro lado, según el estudio ‘Egg breakfast enhances weight loss’ su composición nutricional está basada principalmente en proteínas, lo que permite proveer de energía al cuerpo y fomentar la actividad física.
Además, los huevos son bajos en calorías, combaten la anemia y tienen un gran aporte vitamínico de los grupos A y B, según explica la Fundación Española de Nutrición (FEN).
Cómo funciona la dieta del huevo
Para aprovechar su rendimiento en el desayuno, esta dieta debe durar máximo 2 semanas y deben incluirse, por menos, dos huevos siempre en el desayuno, mientras que el resto pueden ser distribuidos a lo largo del día. Lo más recomendable es incluir las preparaciones menos calóricas, por lo que los huevos cocidos o prepararlos con aceite oliva son la mejor alternativa.
A su ves, la dieta también debe incluir un mayor consumo de alimentos saludables como ensaladas, frutas, pollo, pescados y grasas buenas como aceite de oliva, frutos secos y semillas; así como limitar el consumo de carbohidratos en las comidas.