Condimentos y especias

Sal de limón, el condimento que no sabías que le faltaba a tu comida

Con este condimento podrás llevar al siguiente nivel muchas recetas que preparas en casa, desde ensaladas hasta cócteles, preparaciones tendrán un refrescante toque.

Sal de limón, el condimento que no sabías que le faltaba a tu comida
Dale un sabor nuevo a tus recetas con este condimento Foto: Pexels

Hay condimentos que logran transformar por completo el sabor de un platillo con tan solo agregar un poco de ellos. Esas joyas ocultas de la gastronomía que no suelen ser muy populares, pero que en realidad son muy sencillas de utilizar. Uno de estos condimentos es la sal de limón, un elemento casero lleno de frescura y un toque ácido que es perfecto para aquellos que buscan darle un toque inesperado y delicioso a sus recetas diarias.

La sal de limón combina la intensidad de la sal y el aroma refrescante y cítrico de limón. Lo mejor de todo es que se suele preparar con elementos muy sencillos: solamente necesitas un poco de sal gruesa y la cáscara de un limón para elaborarla. Puedes utilizar tu licuadora o un procesador de alimentos. Esta última opción es lo ideal para obtener una sal fina y bien aromatizada.

El sabor de esta sal resalta fácilmente pescados, ensaladas, vegetales y otros platillos como papas al horno y hasta carnes blancas. También es ideal para espolvorear sobre fruta fresca si quieres dar un toque especial o para el borde de tus cócteles favoritos. Te aseguramos que, una vez que lo pruebes, te encantará por el toque cítrico que puede aportar a tus preparaciones.

Puedes utilizar la cáscara de limones amarillos o verdes según tu gusto. Foto. Pexels / Lisa from Pexels

Sal de limón

  • ¼ de taza de cáscara de limón (solo la parte verde)
  • 150 gramos de sal gruesa

Pasos

  • Precalienta tu horno a 100 °C.
  • Procesa la cáscara de limón y la sal hasta obtener una pasta homogénea.
  • Extiende la pasta en una charola con papel para hornear.
  • Hornea por 40 minutos o hasta que la sal esté completamente seca.
  • Déjala enfriar y, después, procesa de nuevo para obtener una sal fina.

Para la cáscara que vas a utilizar en esta receta puedes extraerla de limones verdes o amarillos, incluso hacer una mezcla de ambos frutos. Así obtendrás un toque único en tu condimento. Solo procura cortar la parte exterior de la fruta, pues la parte interior blanca amargará la elaboración, así que esta es la parte que debemos evitar.

Una vez que tu sal se haya enfriado y la hayas procesado para obtener granos más finos, puedes guardarla en un frasco hermético completamente seco. Así te puede durar por mucho tiempo. Colócala en la alacena o en algún lugar lejos de la humedad, pues la sal absorbe fácilmente la humedad del ambiente y, si esto sucede, te encontrarás con trozos de sal duros y gruesos.

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