Al cocinar tamales, uno de los factores que más debemos cuidar y que más importa para que este platillo quede realmente delicioso es la textura. Es muy común que, si no cocinamos correctamente la receta, obtengamos tamales que, a pesar de tener un gran sabor, terminen demasiado compactos, secos o pesados, arruinando la experiencia de disfrutarlos. Por eso, lograr una masa esponjosa y suave es el objetivo a lograr al cocinar tamales en casa.
Aunque existen muchas formas de preparar la masa, y cada ciudad, pueblo, familia e incluso cada cocinera tradicional tiene su secreto para lograr la consistencia correcta, existe un truco que cada vez se hace más popular a la hora de elaborar este platillo mexicano: se trata de agregar hielo al batir la manteca. Y aunque suena extraño, este sencillo detalle puede hacer una gran diferencia en tu tamal final.
Para lograr una masa muy esponjosa, el secreto está en agregar media taza de hielo mientras se bate la manteca. Esto ayuda a que la grasa de la manteca se mantenga estable y fría durante el proceso, lo que permite incorporar mucho más aire a la mezcla. El aire atrapado en la manteca dará la textura esponjosa y ligera a los tamales al momento de cocerse. Pero debes tener cuidado y obtener la textura correcta durante el proceso, ya que, si bates demasiado la mezcla, los tamales también saldrán mal.
Receta para tamales con masa esponjosa
- 500 gramos de manteca de cerdo
- 1/2 taza de hielo
- 1 kilo de masa de maíz nixtamalizado
- 1 taza de caldo de pollo o agua
- 1 cucharadita de sal
- 1 cucharadita de polvo para hornear
Pasos:
- Bate la manteca con el hielo durante 10 minutos.
- Cuando tengas una pasta esponjosa, agrega la masa y el caldo, alternando poco a poco.
- Cuando tengas una masa uniforme, agrega la sal y el polvo para hornear.
- Bate para incorporar, y tu masa estará lista para armar los tamales.
Sabrás que la masa tiene la textura correcta si tomas un poco de la misma y la colocas en un vaso con agua: la mezcla deberá flotar. Si esta se hunde, entonces quiere decir que la manteca necesitaba más amasado. No te preocupes, la masa aún puede salvarse: simplemente debes agregar un poco de manteca bien batida, poco a poco, a tu masa final.
Al batir la manteca, esta debe adquirir un color muy blanco y tener una textura muy suave y esponjosa. Cuando esté lista, podrás armar tus tamales y cocinarlos del modo en el que usualmente lo haces. Este tipo de masa es perfecta tanto para tamales dulces como tamales salados; solo toma en cuenta que, si utilizarás caldo de pollo, la masa tendrá un mejor sabor si la usas para tamales con guisados, salsas o carnes.
