¿Qué es mejor: un esponjoso cheesecake o un crujiente croissant? Ya no tienes que elegir entre uno u otro, porque esta receta te permite disfrutar lo mejor de ambos en un solo bocado. El cheese croissant, como lo ha bautizado el chef Ricardo Hernández de GastroLab, es una deliciosa fusión que ha conquistado paladares al unir la delicia del cheesecake con la textura hojaldrada y ligera del croissant, todo coronado con un toque de mermelada.
Esta creación no solo es original, sino también fácil de preparar en casa. No necesitas ser un experto en repostería para replicarla, ya que el proceso es sencillo y accesible para cualquiera que quiera sorprender con un postre distinto y sabroso. Ideal para una tarde especial o simplemente para consentirte.
Así que si quieres darle un giro divertido y delicioso a tus postres, anímate a probar esta receta que une lo mejor de dos mundos. El cheese croissant no solo es una explosión de sabor, también es una forma creativa de transformar dos clásicos en algo completamente nuevo. ¡Está para chuparse los dedos! ¿Quieres saber cómo se prepara? Sigue leyendo.

¿Cómo preparar el cheese croissant?
Ingredientes
- Galletas
- Mantequilla
- Azúcar
- Crema para batir
- 4 Huevos
- Esencia de vainilla
- Queso crema
- Pasta de hojaldre
- Harina
- Frutos rojos
Preparación:
- Comienza triturando las galletas hasta obtener un polvo fino. Derrite un poco de mantequilla y mézclala con las galletas en un bowl, revolviendo bien hasta formar una masa homogénea. Luego, colócala en un molde para postres, presionando con una cuchara o tus dedos para formar la base. Asegúrate de distribuirla de manera uniforme.
- En una batidora, agrega la crema para batir, un poco de azúcar, los tres huevos, unas gotas de esencia de vainilla y el queso crema. Bate todo hasta lograr una mezcla suave y sin grumos. Reserva.
- Extiende una lámina de pasta de hojaldre con un rodillo y un poco de harina. Corta en triángulos y forma los croissants enrollando desde la base hacia la punta. Barnízalos con huevo batido y espolvorea un poco de azúcar por encima. Colócalos cuidadosamente alrededor del borde del molde sobre la base de galleta.
- Vierte el relleno de queso en el centro del molde, entre los croissants. Lleva al horno precalentado a 200?°C durante 20 minutos o hasta que los croissants estén dorados y el relleno firme.
- Mientras el postre se hornea, coloca los frutos rojos en una cacerola a fuego medio con un poco de azúcar. Cocina revolviendo constantemente hasta que las frutas suelten su jugo y espesen en forma de mermelada. Una vez lista, retira del fuego y deja enfriar.
- Saca el cheese croissant del horno, deja reposar unos minutos y agrega la mermelada de frutos rojos por encima. ¡Y listo! Disfruta de un postre que une lo mejor del cheesecake y el croissant en una combinación creativa y deliciosa.