Otro de los platillos más comunes de las posadas es el pozole, una opción cálida, que sí o sí puede darte una sensación más cálida, sobre todo en tiempos de frío, como estos que estamos viviendo durante el invierno, que está a punto de empezar apenas la próxima semana, pero que hemos empezado a sentirlo en estas últimas semanas.
Por eso es que hoy queremos compartir contigo una receta para hacer un sabroso pozole que podrás compartir con los invitados que acudan a tu posada. Es un poco más complicado de repartir, pero la verdad es que cuando tenemos las manos frías, resulta esperanzador comer algo así para calentarnos.
El pozole es una especie de sopa caldosa, que es típico de México. Lo hay rojo, blanco y hasta verde, todos de diferentes regiones del país, pero hoy te diremos cómo hacer el clásico rojo para que sorprendas a tu paladar y a tus invitados con la receta más tradicional de México con su respectiva carnita de puerco.
¿Qué lleva el pozole rojo?
El pozole rojo es básicamente hecho a base de caldo sazonado con chile guajillo, que en su interior lleva como protagonista al maíz de cacahuazintle, un poco de carne de puerco deshebrada, generalmente y además lechuga, cebolla y rábanos picados finamente que se disfruta con tostadas de maíz, generalmente fritas.
¿El pozole se hacía con carne humana?
Se cree que el pozole era preparado inicialmente con carne humana durante ceremonias rituales, especialmente en ocasiones especiales como la fiesta dedicada a la diosa de la luna, Coyolxauhqui. Con la llegada de los conquistadores españoles en el siglo XVI y la posterior evangelización, las prácticas culinarias aztecas se modificaron, y la carne humana fue reemplazada por carne de cerdo, pollo o res en la receta del pozole.
La receta que hoy compartiremos contigo forma parte del recetario La cocina del maíz de Patricia Van Rhijn con recetas autóctonas y deliciosas que hay en México, así que ¡toma nota!