Los chiles rellenos son todo un referente de la comida mexicana y es que con unas buenas piezas de poblano se pueden armar ricos platillos aparte del más famoso que sería el chile en nogada. Pero el día de hoy, te vamos a demostrar que el queso es un ingrediente perfecto como relleno de esta clásica preparación y que se puede degustar en ese ligero baño de caldillo de jitomate que hace alusión a una parte de los colores de la bandera mexicana.
Estos chiles rellenos de queso son iguales de deliciosos que los que van con picadillo y hasta pueden ser una rica opción de comida para aquellas personas que no suelen disfrutar tanto de las preparaciones con carne y por ello, buscan opciones más vegetarianas. Con una delicia de sabor y un buen platillo de la cocina mexicana, esta receta es una de las más consentidas.
Para no antojarte más, con la siguiente receta podrás prepararlos desde casa y ofrecer a la familia un platillo saciante que abre la posibilidad de acompañarlo con una porción de arroz blanco y ahora sí disfrutar de esas recetas de comida mexicana que enaltecen la gastronomía por su rico sabor y hasta armonía de colores.
Ingredientes:
- 4 piezas de chile poblano
- 400 gr de queso panela en trozos
- 5 cdas de harina de trigo
- 3 claras de huevo
- 3 yemas de huevo
- ½ taza de aceite
- 3 jitomates en cuartos
- ¼ de cebolla en trozos
- 1 diente de ajo
- ¼ de taza de agua
- Sal y pimienta negra molida al gusto
- Arroz para acompañar (opcional)
Preparación
Asa cada pieza de chile poblano en un comal o sartén para quitarle la piel y coloca en una bolsa de plástico. Una vez que suden, quita la piel, abre por la mitad y quita las semillas.
Secar muy bien cada chile con una toalla de papel y rellena con el queso panela en trozos. Puedes sujetar con un par de palillos de madera.
Pasar cada chile por la harina y cubre muy bien toda la superficie. Retira el exceso.
Bate las claras a punto de turrón, añade las yemas y mezcla cuidadosamente.
Ahora calienta el aceite en una sartén, pasa dos de los chiles por el huevo batido y fríe en el sartén hasta que estén bien dorados. Coloca en papel absorbente para retirar el exceso de grasa y repite este paso con los dos chiles restantes.
Para preparar el caldillo de jitomate que los acompaña, licua el jitomate, la cebolla, el ajo y el agua. Calienta una pequeña olla con un poco de aceite y cuela la preparación y sofríe, agrega un poco de sal y pimienta negra molida al gusto para dar sabor. Cocina por unos 5 minutos.
Sirve cada chile en un plato y baña con el caldillo de jitomate, acompaña de arroz o tu complemento favorito. Disfruta de una rica comida muy al estilo mexicano.