Recuerdo cuando en mi familia había algún acontecimiento matutino de importancia, como las primeras comuniones de mis primos o algún baby shower de la tía o en fin, cualquier evento que implicara desayunar en familia aparecía este glorioso platillo.
Quizá estés esperando una cosa glamorosa y sofisticada, o algo muy elaborado a la altura de la situación, pero curiosamente la simplicidad de sus ingredientes y su perfecta armonía es lo que hacen a este platillo la receta más codiciada de la familia.
Y como yo no le tengo miedo a nada, y mucho menos a mi madre molesta por compartir el secreto, te dejo más adelante santo y seña de este platillo que te hará quedar como rey o reina, el pastel azteca.
Ingredientes:
- 1 pechuga de pollo cocida y deshebrada.
- 1 kg de tomates verdes, sin cáscara y limpios
- 8 pz de chile serrano
- 1 pz de cebolla blanca
- 2 dientes de ajo
- 3 ramitas de cilantro
- Sal en cantidad suficiente
- 4 pz de tamal verde de tu vendedor de confianza
- Crema ácida y queso doble crema al gusto.
Procedimiento:
En una cacerola, colocamos los tomates, la cebolla, los ajos y el chile serrano. Cubrimos con agua y llevamos a fuego.
Una vez cocidos, retiramos del agua y licuamos junto con el cilantro perfectamente. Regresamos al fuego la cacerola con un poco de aceite y sofreímos la salsa licuada. Añadimos sal o concentrado de pollo al gusto y rectificamos la sazón.
En un refractario, comenzamos el armado del pastel. Primero colocamos un cucharón de salsa, luego un tamal verde deshecho, cubrimos con pollo deshebrado, más salsa, crema y queso doble crema desmoronado.
Seguimos repitiendo este proceso hasta llegar al borde del refractario y terminamos con más salsa, una capa pareja de crema y queso desmenuzado. Llevamos al horno unos minutos y listo.
Estamos listos para servir el pastel azteca más delicioso de la historia y sencillo como ninguno.
Espero que les haya gustado y compartan esta receta de familia, y así despistar a mi madre con respecto a la fuga de información y secretos gastronómicos de mi familia.
