Así puedes hacer aceite de tomillo casero, aprovecha a sus beneficios dentro de tus recetas

El tomillo es una hierba popular por servir como sazonador en las recetas y darle su sabor tan característico en cada preparación. Forma parte de la familia de la menta y que se conoce por pertenecer a las especias culinarias que durante años se han implementado en la gastronomía.

Sin embargo, aunque es muy común usarlo como sazonador hay otras formas de incluirlo dentro de los platillos e incluso lejos de agregar sabor, también contiene algunas propiedades que pueden servir como beneficios en pro de la salud si se consume de forma frecuente y responsable. Es una especia que contiene una variedad de minerales y vitaminas que promueven la buena salud pues está lleno de vitamina C para el apoyo inmunológico, potasio para las células sanas y manganeso para el desarrollo de los huesos y la coagulación de la sangre.

También tiene una gran cantidad de útiles cualidades medicinales que van desde prácticas muy conocidas como la aromaterapia, mejorar el estado de ánimo, tratar las infecciones por hongos y la prevención de infecciones bacterianas, esto de acuerdo con Healthline.

Sus beneficios también se extienden a otros tópicos como el control del acné de forma natural, bajar la presión arterial, disminuir la tos, aumentar la inmunidad y hasta ser un potente ingrediente natural para repeler plagas. Como te podrás dar cuenta sus propiedades son aspectos muy positivos y seguramente te dejaron sorprendido al ver que su pequeño tamaño contiene gran cantidad de beneficios. Si eres una de las personas que constantemente  lo usa en la cocina como sazonador, sabrás el gran sabor que incorpora, pero si te gustaría aprovecharlo de su forma en aceite, con la siguiente receta sabrás cómo tenerlo de forma casera y así darle un nuevo uso dentro de tus recetas.

Ingredientes:

• ¾ de taza con tomillo
• 1 taza de aceite de oliva extra virgen

Preparación 

Enjuaga las ramitas de tomillo y extiende en un plato forrado con servilletas de papel. Deja secar por toda la noche al aire libre, al día siguiente coloca en un recipiente y aplasta, puedes ayudarte mejor de un mortero o de un molcajete, basta con aplastar un poco.

Agrega el tomillo y el aceite a una cacerola de fondo grueso y colócala en la estufa. Pon el fuego a medio-bajo, puedes controlar la temperatura del aceite con un termómetro de lectura instantánea. Retira la cacerola del fuego cuando el aceite esté caliente o alcance los 180 grados Fahrenheit.

Deja que el aceite se enfríe a temperatura ambiente. Cuela a través de un tamiz y en un recipiente, luego transfiere a una botella de vidrio con un embudo. Guarda el aceite de tomillo en el refrigerador, te puede durar hasta por un mes.

Y de esta forma y de manera casera tendrás tu aceite de tomillo con el que podrás cocinar tus recetas favoritas dándole un nuevo sabor a los platillos por conducto de esta hierba que además de dejar aroma contendrá su toque único.