Aprende a preparar unos deliciosos tamales de frijol para esos días de antojo con esta receta

Cuando el clima cambia sin cesar, lo cierto es que también lo hacen nuestros antojos al unísono. Y hay días en los que sólo se nos antoja un bocadillo tradicional para sentir nuestra dieta patriótica, llenadora y que nos rinda para poder trabajar bien a lo largo del día. Sin embargo, para lograr todos estos requisitos, pues más nos vale tener tiempo de cocinar o hacerlo antes, para que nadie queme la cocina por la mañana. 

Lo cierto es que con un ritmo tan acelerado, como el que llevamos en la ciudad, es normal que por las mañanas no nos dé tiempo de comer como quisiéramos y muchas veces ni en la cocina, pero cuando se trata de hacer la cena, podemos darnos el lujo de consumir algo que se lleve más tiempo de preparar y hasta de hacer algo para el día siguiente y entonces sí, desayunarlo o comerlo a nuestra hora de ingerir nuestros sagrados alimentos.

Los bocadillos ideales para este tipo de antojos, son sin duda los tamales de frijol, porque aunque normalmente en la CDMX, sin importar el sabor, estos son más grandes que en otros estados de la república, si moderas la masa que le pones a las hojas, te rinde más y además se convierten en deliciosos y pequeños tentempiés, que pueden caber en tu mochila, tupper, lonchera o incluso bolsa de mano y comértelos cuando tú quieras. 

Un tamal que reina en México

Estos tamalitos son elaborados con masa de maíz, frijoles refritos y manteca de cerdo. De todos los países y estados de México donde se elaboran sólo en  Chiapas reciben el nombre de huet. En el resto de los lugares sólo se les conoce como tamal de frijol y pueden encontrarse en Durango, donde les agregan ajo, orégano y comino; en el Estado de México, donde se enrolla y corta en porciones o en Guerrero, donde se enrolla en hojas de milpa o de maíz y se acompaña de mole rojo o verde. 

También puede encontrarse en Oaxaca, donde el tamal de frijol negro se distingue por estar condimentado con hoja de aguacate o hierba santa, mientras que en los Valles Centrales se rellena con una pasta de frijoles refritos con manteca de cerdo, cebolla, chile pasilla oaxaqueño, hojas de aguacate, ajo y sal. Igualmente se acostumbran en Puebla, donde se cocinan con guajillo, canela y huevo cocido. 

Y para que no te quedes con el antojo, hoy traemos para ti una receta que seguramente te quitará el antojo y aparte de va a encantar, porque es un bocadillo que puedes combinar con tu salsa favorita o comerlo acompañado de un huevo revuelto o lo que prefieras. La ventaja es que es un alimento fácil de transportar, rendidor y además no te llevará más de 1 hora hacerlos siempre que tengas ya listos todos los ingredientes. 

Ingredientes

• 2 kg masa de maíz
• ¼ kg frijol negro cocido
• 600 gr manteca de cerdo
• ½ cucharadita de polvo para hornear
• 20 hojas de hierbasanta
• 5 chiles de árbol secos
• 4 dientes de ajo
• Hojas de maíz
• Sal

¿Cómo se preparan?

1. Muele el frijol cocido con chiles secos tostados y los dientes de ajo. Luego los fríes en cien gramos de manteca muy caliente y los dejas resecar.
2. Requema la manteca, agrégala gradualmente a la masa de maíz; amasa con sal y polvo para hornear hasta que quede una pasta muy suave.
3. Toma una hoja de maíz previamente remojada y escurrida.
4.  Coloca una hoja de hierba santa encima y sobre ella poner un poco de masa y aplasta con los dedos o una cuchara; en el centro coloca una cucharada del frijol ya preparado y envuelve la hoja de maíz como tamal.
5. Cócelos en una vaporera durante una hora, a fuego moderado.