Prepara una auténtica sopa tarasca con esta receta fácil

Si algo hay en México es sin duda una increíble diversidad gastronómica que ya quisiera cualquier país. Hay recetas por estado y con su toque específico, porque aunque no lo creas, por un ingrediente que falte o se cambie, automáticamente el sabor es otro y la experiencia de comer el platillo, también. Por eso, no importa cuántas veces cambien, todos tenemos paciencia para probar cada una de las recetas que se nos pongan enfrente a nuestro paso. 

Uno de los estados con gran variedad de delicias gastronómicas es sin duda Michoacán, situado en la región oeste de México y con grandes platillos famosos, como las enchiladas placeras, las carnitas, el atole blanco, la sopa tarasca y mucho más. Algunos historiadores dicen que su cocina regional, pareciera no tener ningún límite, pues los tarascos aprovecharon granos y frutas para crear un mundo de auténticas delicias a las que después se integraron las especias y carnes que llegaron de Europa. 

Comer en Michoacán es una auténtica experiencia, porque no sólo su comida es barata, también es deliciosa, porque como te imaginarás, al ser tierra caliente, muchos de los ingredientes que se consiguen ahí son mucho más frescos de lo que cualquiera que viva en la ciudad está acostumbrado. Esto da como resultado delirante sabor en cualquiera de sus comidas y además una vez que pruebas todo, querrás continuar con todo lo demás.

Comida michoacana

Tú día puede empezar desayunando jícama con pepino y mango tiernitos, seguir con unas enchiladas placeras, botanear con las irresistibles papas cocidas con limón y sal para terminar comiendo un uchepo con una buena taza de café para concluir que tu viaje ha valido la pena sólo por probar esos manjares, para que nadie te diga, que nadie te cuente, porque para saber si algo te gusta o no, no hay como probarlo.

Por eso hoy traemos para ti la receta de una tradicional y fabulosa receta de Michoacán. Se trata de la famosa sopa tarasca, que tanto se parece a la de tortilla o a la azteca, pero la diferencia es que esta está hecha tanto con frijoles, como con caldo de jitomate y tan pronto la pruebes comprenderás su éxito, ya que se trata de un platillo típico que merece ése y más éxitos debido a su exquisito sabor con el que conquistará tu paladar. 

Se dice que la primera vez que se cocinó este platillo fue hace relativamente poco. Por allá del año 1966, cuando el señor Felipe Oseguera Iturbide inauguró la Hostería de San Felipe, ubicada en Pátzcuaro, Michoacán, donde prepararon una sopa parecida a la de tortilla, que nombraron sopa tarasca y ahora todo mundo quiere probarla después de casi 56 años. Sin embargo, tú tienes el privilegio de probarla directamente en tu casa, para 4 personas. 

Ingredientes

• 1 taza de frijoles bayos
• 3 jitomates
• 3 tazas de caldo de pollo (o agua)
• 1 diente de ajo
• ¼ de cebolla
• 5 tortillas
• 1 chile pasilla sin semillas y cortado en trocitos
• Sal al gusto
• Aceite vegetal

¿Cómo se prepara?

1. Cocinar los frijoles en la olla de presión con 3 tazas de agua, 30 minutos después de que escape el vapor.
2. Cuando la olla se haya enfriado, escurrir los frijoles y lícualos con 1 taza de su caldo; luego sazona con sal.
3. En un comal asar los jitomates y cuando comience a desprenderse la piel, licúalos junto con el ajo y la cebolla (si es necesario, agrega 1/4 de taza de caldo de pollo o agua).
4. Colar en una cacerola con aceite, cuando burbujee, incorporar el licuado de frijol y el caldo de pollo; cocinar a fuego medio hasta que hierva; rectifica la sazón.
5. Mientras, con unas tijeras cortamos las tortillas en tiritas y fríelas en poco aceite caliente; retíralas.
6. En la misma grasa sofreír ligeramente el chile pasilla, repártelo entre las porciones al igual que las tiras de tortilla y vierte la sopa caliente.