Pizza

Conoce la historia de la pizza y prepara esta receta de 4 quesos casera

Hoy en día hay de diferentes sabores y es un platillo que se ha adaptado de acuerdo al país en donde se encuentra
lunes, 29 de marzo de 2021 · 11:38

Cuando hay vacaciones no podemos, sino pensar en comida recreativa, que nos alimente, pero que nos alegre estos días, que se hacen eternos entre el confinamiento y el calor, que nos invita a salir a la playa (aunque sea en nuestra imaginación) o a convertir nuestra cocina en Nápoles, la cuna de la pizza italiana desde el siglo XVII, aunque la palabra pizza empezara a usarse en el año 997 en latín medieval de la ciudad de Gaeta

Según el diccionario etimológico de Zanichelli, la palabra proviene del antiguo alemán, donde la palabra bizzopizzo, significaba mordisco y en el siglo XII se convirtió en pizza, e indicaba que se trataba de "un pequeño pan redondo y tierno", que era muy característico de los pueblos lombardos. Cabe señalar que los panes planos son una tradición de toda la región mediterránea. Muy probablemente fueron los persas quienes introdujeron este pan en la Magna Grecia, hoy Italia meridional por los primeros colonos griegos. 

 Pero ya en el siglo III  d.C, la primera historia de Roma, escrita por Catón el Viejo, se menciona una "masa redonda aderezada con aceite de oliva, hierbas y miel horneada sobre piedras" y se han encontrado posteriores evidencias  que datan del 79 dC en los restos de Pompeya y las excavaciones arqueológicas salieron a la luz tiendas con una gran similitud a una pizzería moderna.  Sin embargo, es muy seguro que la pizza naciera de un alimento elaborado por los habitantes humildes de la ciudad de Nápoles y la composición no fuera tan variada como la actual.

Nació en el bajo mundo

Aunque actualmente la pizza es un alimento que está presente en todos los estratos sociales e incluso hay pizzerías gourmet con recetas únicas y secretas desarrolladas por algún chef, o se usa en el maridaje de vinos, fue un alimento que surgió, como muchos otros platillos famosos, en los hogares más humildes y para enfrentar el día a día optimizando los ingredientes que tenían a la mano y no pasar hambres. De hecho el escritor Alexandre Dumas, hace una referencia a la pizza en su novela “Le corrícolo” donde describe la pobreza de la gente que habita la ciudad, a los que denomina lazzaroni y describe cómo la gente humilde "desayunan, almuerza y cena un pan plano al que añaden diversos ingredientes."

Los puristas afirman  que  sólo se deben servir las dos pizzas "verdaderas" u originales, que son la marinara y la margherita. La primera es la más antigua y tiene un recubrimiento de salsa de tomate orégano, ajo, aceite de oliva y algo de albahaca. Y la segunda, se atribuye a Raffaele Espósito, quien preparó 3 especialmente para la reina Margherita Teresa de Saboya y de estas, la que más encantó a la monarca, fue la que llevó su nombre. 

Hoy en día hay de diferentes sabores y es un platillo que se ha adaptado de acuerdo al país en donde se encuentra. Por eso, existen de peperoni, salami, hawaianas y hasta de pastor, en el caso de México, donde también podemos encontrar pizzas rancheras, mexicanas con frijoles, chorizo y chile, que se le agregan además del clásico pan redondo con queso fundido y muy a pesar de los napolitanos, que son muy estrictos en la elaboración de su platillo típico que hoy habita casi todos los confines del mundo. 

Pero hoy traemos para ti una receta deliciosa de una pizza que bien podría combinar con un vino blanco bien frío o hasta uno tinto, porque es di 4 formaggi o lo que es lo mismo: Pizza de 4 quesos. Este platillo es bastante común en los restaurantes italianos, pero no en las pizzerías de comida rápida, porque requiere una preparación más detallada y específica, pero que bien puedes degustarla durante estos días en los que no se debe de comer carne por las festividades religiosas

Ingredientes

  • 400 g. de masa de pizza (para la base)
  • 15 ml. de aceite de oliva virgen extra
  • 150 g. de salsa de tomate casera
  • 3 cucharaditas tipo postre de orégano
  • 250 g. de queso mozzarella
  • 100 g. de queso azul (os recomiendo un gorgonzola)
  • 100 g. de queso parmesano rallado
  • 50-100 g. de un queso suave (puede ser un ricotta)

¿Cómo se prepara?

  1. Precalienta nuestro horno a 250º C.
  2. Espolvorea con harina la encimera. Estira la masa con el rodillo de manera que quede lo suficientemente fina para que cuando la horneemos quede crujiente.
  3. Añade la salsa de tomate frito casero o tomate natural triturado con una cuchara. Debes untar toda la superficie dejando los bordes sin tomate, con un pincel o con la misma cuchara, con movimientos circulares.
  4. Espolvorea con el orégano picado.
  5. Mete la base de pizza al horno sobre la plancha de metal y la temperatura del horno a 200º C.
  6. Buscas que se fije el tomate y orégano a la base y a la vez conseguir una base crujiente parecida a la de las pizzas profesionales.
  7. Déjala sólo 2-3 minutos, sácala del horno y vuelve a subir a tope de temperatura (250 º C) para el horneado final.
  8. Reparte los quesos elegidos encima de la base que acabas de sacar del horno.
  9. Primero espolvorea con parmesano rallado. Añade los trozos de queso restantes, repartidos de manera estratégica por la superficie.

Horneado final

  1. Acabamos con el queso mozzarella repartido por todos los huecos para que cuando funda se reparta por todos los huecos de la base. El contraste de los quesos, suaves y potentes será grandioso.
  2. Horneamos a 230º C unos 10-12 minutos en la bandeja del medio con temperatura arriba y abajo. Aunque el tiempo normalmente dependerá de tu horno, del grosor que le hayas dado a la masa y de la cantidad de relleno.
  3. Sacamos del horno y le añadimos un chorrito de aceite de oliva virgen para que esté más jugosa. Si la dejas unos minutos sobre una rejilla, la base no quedará nada húmeda y resultará más crujiente.