Postres

Así puedes preparar una leche condensada en cuestión de minutos para tus postres

Añade tu toque personas a tus preparaciones con esta receta sencilla pero deliciosa
miércoles, 20 de enero de 2021 · 16:06

La leche condensada es uno de los productos más utilizados para la preparación de postres y dulces. Ya sea para darle un toque dulce a una galleta, acompañar un par de crepas o hasta endulzar alguna bebida, este producto es irresistible para quienes aman las preparaciones dulce. Aunque es muy sencilla de conseguir hasta en la tiendita de la esquina, tal vez quieras añadir tu propio toque personal con una receta muy casera que seguro te va a encantar. 

Este producto contiene una gran cantidad de calorías, así que si llevas una dieta para bajar de peso o quieres cuidar tu consumo de azúcares, lo más recomendable es que la consumas de forma moderada, pues recuerda que su alta ingesta podría ocasionarte problemas como la obesidad o el sobrepeso. Recuerda que si llevas una dieta, puedes comer de todo un poco pero en porciones pequeñas. 

El origen de la leche condensada nace en un intento de conservar por mucho más tiempo la leche regular, así como evitar intoxicaciones que eran causadas por la falta de higiene y conservación que se le daba después de la ordeña de las vacas. Así poco a poco fueron añadiendo diversos ingredientes para intentar mejorar el estado de la leche, siendo el azúcar uno de los principales elementos de conservación. 

Fue durante la Guerra Civil Norteamericana que este producto se popularizó ya que el gobierno de Estados Unidos solicitó una buena cantidad de esta leche para alimentar a sus soldados, quienes al regresar a casa de la guerra comenzaron a contar a sus familiares y amigos sobre este particular producto. Con el paso de los años, la leche condensada ganó popularidad en todo el mundo, por lo que ahora es un producto indispensable en la cocina. 

Leche condensada

Ingredientes: 

  • 250 gramos de leche en polvo
  • 350 gramos de azúcar blanca
  • 200 mililitros de agua
  • 60 gramos de mantequilla
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla

Preparación: 

En una cacerola o una olla mediana, coloca el agua junto con el extracto de vainilla y la mantequilla. Deja cocinar a fuego medio hasta que la mantequilla se derrita. Esta preparación no debe llegar a hervir. 

Una vez que la mantequilla se haya disuelto, añade el azúcar y mueve de forma constante hasta que se haya disuelto por completo. Baja la flama del fuego al mínimo y comienza a añadir la leche en polvo en porciones pequeñas cada vez, revuelve con ayuda de un batidor de mano para evitar que se formen grumos. 

Retira la preparación del fuego y deja enfriar a temperatura ambiente. Al inicio la mezcla no tendrá la consistencia característica, pero de forma que se vaya enfriando, comenzará a hacerse mucho más espesa. Una vez que se haya enfriado por completo puedes guardar la mezcla en un recipiente con tapa hermética y guardar en el refrigerador para cuando quieras usarla.