Recetas

3 formas diferentes en las que puedes aprovechar los beneficios de la moronga

Aunque para algunos no es un embutido tan atractivo, en realidad la moronga es una delicia y nutritiva si no se excede en su consumo
lunes, 21 de septiembre de 2020 · 11:36

Aunque a muchos les desagrada su presentación o saber de qué se conforma, la moronga es considerada no sólo deliciosa si se sabe preparar bien, sino un superalimento por sus diversos aportes nutricionales, pues es un alimento rico en potasio, calcio, hierro, magnesio y zinc, minerales esenciales para combatir la anemia, mejorar la función del sistema nervioso y de los músculos, además de proteger el sistema inmune, entre otras funciones.

La moronga, como la conocemos en México, Nicaragua, El Salvador y Guatemala, es nombrada morcilla en España, mientras que en Chile la llaman prieta y en Perú, sangrecita; por lo que se puede decir que no sólo se trata de un preparado valioso para nuestro país. Su preparación consiste en una tripa muy limpia rellena de sangre, regularmente de cerdo, que es aderezada con especias, hierbas, cebolla y picantes.

En México sólo se prepara con una receta tradicional consiste en sofreírla con chile verde en julianas, cebolla y en algunos casos cilantro o alguna otra verdura para comerse en trozos; su sabor es intenso, pero igualmente sabe muy bien. A pesar de esto, la moronga puede prepararse de formas distintas y así lo muestran recetas de otros lugares en los que se prepara con arroz, semillas o incluso con otras vísceras, aquí te damos tres opciones diferentes en las que puedes disfrutarla.

Moronga mexicana

1 moronga

3 chiles serranos

1/2 cebolla

Orégano

Sal

Aceite

Corta en trozos la moronga, coloca un sartén con un poco de aceite y agrega la moronga con la cebolla picada en julianas, los chiles serranos en tiritas sin semillas y remueve todo para que se dore. Agrega un puñito de orégano y una pizca de sal, remueve muy bien para que se sazone. Una vez que esté doradita la moronga, estará lista para comer. Regularmente, este preparado se come en taquitos con limón, sal y una salsa de tu gusto.

Moronga frita

1 moronga

Aceite de girasol

Procura conseguir una moronga de excelente calidad, así la presentación y el resultado serán extraordinarios. Corta la moronga en rebanadas de 2 a 3 centímetros aproximadamente, coloca un sartén no muy grande con bastante aceite de girasol y espera a que se caliente. Usar este aceite es necesario para que llegue a un buen punto de cocción, pues este se logra calentar mucho más que por ejemplo, el aceite de oliva.

Ya que esté caliente agrega las rodajas de la moronga, espera un par de minutos y cuando estén bien doradas, voltéalas y deja que se doren por el otro lado. Repite con cada una y al sacar del sartén resérvalas en papel absorbente para eliminar el exceso de grasa. Estas rodajas de moronga frita las puedes montar sobre un poco de arroz blanco, de col preparada o incluso comerla sola.

Esferas de moronga

1 moronga

2 cucharadas Maizena

4 cucharadas de jugo de carne

2 huevos

4 cucharadas de leche

Pan molido

Aceite de oliva

Quítale la tripa a tu moronga y métela por un minuto o dos al horno de microondas, de esta forma lograrás que se desmorone fácilmente. Por otra parte, pon una cazuelita a fuego medio alto con un chorrito de aceite de oliva, añade dos cucharadas de maizena y un chorrito de agua, y otra cantidad similar de jugo de carne, remueve bien y agrega la moronga deshecha con un chorrito de leche.

Vuelve a revolver para que la moronga se impregne de esta mezcla, deja en el fuego por 5 minutos, pasado este tiempo retira del fuego. En un recipiente coloca los huevos e integra clara con huevo, haz bolitas con la moronga, esferas pequeñas, pásalas al huevo y luego al pan molido, ya que estén hechas las bolitas pásalas a un sartén con aceite de oliva bien caliente para que se doren. Cuando estén listas, pásalas a papel absorbente. Este delicioso platillo puede servir como una rica entrada, una botana o como complemento de tu plato fuerte.

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