Deja de esperar y prepara en casa tu propio pan de muerto con esta receta

Sí ya sabemos que aún faltan un par de semanas para que comience el mes de noviembre, pero debemos estar de acuerdo que desde que inició septiembre estamos pensando en lo mismo: ¡pan de muerto! Así que ya no tienes que esperar para comenzar a disfrutar de esta delicia culinaria y llena de tradición mexicana que encanta a todos.

Más allá de un símbolo de veneración a la muerte, pues su forma circular hace referencia al ciclo de la vida, el centro o la bolita de encima, representa el cráneo del difunto, y las tiras de los lados hacen una representación a los huesos del cuerpo, así como a las lagrimas de los muertos. 

Son varias las versiones sobre el origen del pan de muerto, pero la más popular dice que durante la época de la conquista los españoles se horrorizaron al ver un ritual en el que una doncella era sacrificada para arrancar su corazón, sumergirlo en una olla con amaranto y después debía ser mordido como ofrenda. Este ritual fue considerado tan violento por los españoles que buscaron una mejor alternativa, crear un pan hecho de harina de trigo en forma de corazón cubierto de azúcar roja, que representara el corazón de la doncella y evitara su muerte. 

Ahora que ya conoces un poco más de la historia de esta tradición mexicana, seguro quieres poner manos a la obra y preparar esta deliciosa creación, es por esto que aquí te dejamos la receta del pan de muerto para que la disfrutes con quien quieras. 

Pan de muerto

Ingredientes: 

90 gramos de mantequilla 

2 cucharadas de levadura 

3/4 de taza de azúcar refinada

3/4 taza de leche 

500 gramos de harina de trigo

3 huevos

Ralladura de naranja (2 piezas)

1 1/2 cucharadas de agua de azahar

1 cucharadita de sal

Preparación: 

Entibia un poco la leche y en un tazón pequeño agrega un chorrito de ésta. Vierte la levadura, 2 cucharadas de harina, una cucharada de azúcar, mezcla todo hasta lograr que todos los ingredientes se integren. Cubre con plástico de cocina y deja reposar por unos 15 minutos o hasta que la mezcla comience a aumentar de volumen. 

Mientras tanto, en un tazón grande pasa el sobrante de la harina por un colador junto con el azúcar y la sal. Mezcla. Con la harina, haz un hueco justo en la parte de enmedio, como si se tratara de una fuente. En el centro, agrega dos huevos, la mantequilla -a temperatura ambiente-, así como la ralladura de naranja, el resto de la leche y el agua de azahar. Mezcla con la manos todos los ingredientes hasta lograr una masa. 

Añade a la masa la levadura fermentada y sigue mezclando hasta que todos los ingredientes se hayan disuelto en la masa. Haz una bola con toda la masa y deja reposar hasta que la preparación haya logrado duplicar su volumen. Como tip, puedes colocar esta masa cerca de la estufa mientras cocinas o en un sitio donde le pegue el rayo del sol para que crezca de forma perfecta. 

Una vez lista, divide la masa en unas 8 o 10 bolas del mismo tamaño (reserva una de las bolitas) y colócalas en una charola para hornear. Con la bolita que reservaste, comienza a crear tiras en forma de hueso y una bolita pequeña para la parte de arriba. Bate el huevo restante y con ayuda de una brocha para cocina o con un tenedor, barniza los panes. 

Precalienta el horno unos 5 minutos a 180ºc. Mete la charola al horno y cocina por unos 20 minutos o hasta que notes que lucen ligeramente dorados. Saca del horno y espolvorea con azúcar (puedes agregar canela) o con ajonjolí. 

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