Aprende a preparar pollo al horno estilo español con esta fácil receta dada por un chef

Cada domingo, mi familia, de costumbres fijas, solía repetir religiosamente la excursión a las 1 de la tarde a recoger los pollos asados que semana tras semana encargábamos fielmente. Eran otros tiempos, donde el frío y el calor ambiental acompañaban al nombre del día que se vivía, y los domingos eran deliciosos.

Pollo asado o rostizado como se conoce en el norte de mi país, da igual, en toda la península los puedes disfrutar exquisitos, jugosos, y en casa pueden incluso saber mejor. Yo con eso de que la costumbre me da energía y me conecta, esté donde esté con mi familia, elegí hace mucho tiempo que este platillo, el pollo asado, es de tal importancia, que siempre tendría su espacio en mi recetario y en mi cocina.

Ayer, en la tienda encontré unos pollos que saltaban a la vista. Piel blanca, impolutos (sin plumas y demás), carne firme, y diciéndome a gritos que me los llevara y los cocinara como yo sé. Pues nada, discusión solventada, veniros que os voy a cocinar bien rico.

Ingredientes: 

• El pollo que elijas
• Mantequilla en cantidad generosa
• Un chorrito de aceite de oliva
• Sal
• Pimienta negra molida
• Polvo de caldo de pollo
• Finas hierbas u una mezcla de tomillo y orégano
• Zumo de un limón
• Vino blanco, si es seco mejor

Cómo lo cocino:

Primero lavo con ayuda de agua y vinagre muy bien el pollo. Exterior e interiormente. 

Posteriormente lo seco muy bien, y lo pongo encima de una fuente de crista, y le pongo por encima y por el interior el jugo de un limón. Lo dejo reposar unos minutos a temperatura ambiente.

Posteriormente lo embarruño muy bien con mantequila pomada, le pongo la sal, la pimiente, el polvo de hornear . y como dicen en mi pueblo aunque el castigo vaya por fuera la penitencia va por dentro. Esto quiere decir, que pondrán de forma generosa todo este tanto por fuera como por dentro. Ah!! Y si es posible también incorporarás mantequillo entre la piel y la carne, sobre todo en la zona de las pechugas, todo ello, para evitar que se resequen.

Bien, ahora llega el momento de la verdura que va a acompañar al pollo. Pues esto, no hay recetas escritas, por lo que podrás poner todas aquellas que se te antojen , te cuento no obstante cuales son las mías:

1 cebolla bien grande cortada en juliana

1 cabeza de ajos entera con piel y todo

3-4 zanahorias sin piel pero cortadas en trozos grandes.

Patatas pequeñas o cambray (yo las cuezo al vapor durante 30 minutos antes, para que salgan bien tiernas), puedes cuasiromperlas para que absorban todos los jugos que se soltarán en este festín de la sencillez.

Todas las verduras las pongo en la base, les pongo un toquecito de sal y un chorrito de aceite de oliva.

Pongo el pollo encima. Por cierto antes de que se me olvide, utilizo una cacerola, de éstas de hierro fundido.

Con la olla destapada, pongo por último un chorrito de aceite de oliva sobre el pollo, y meto el pollo, en el horno a 260 grados centígrados. Treinta minutos bocarriba, 30 minutos bocaabajo.

Pasado este tiempo, bajo el horno a 180 grados,  le pongo un buen chorro de vino blanco, tapo la olla, y dejo que se termine de hacer. Con la olla tapada, 30 minutos hacia arriba, 30 minutos hacia abajo.

Muchos de vosotros me diréis que cómo se puede tener un pollo dos horas al horno, y yo con mucho gusto os contesto, yo lo tengo durante 2 horas y media, porque pasado el tiempo de olla cerrada con el vino, (segunda hora) destapo la olla, y dejo durante media hora a temperatura máxima del horno que se acabe de tostar. 

Esta última media hora tendrás que irlo bañando con la salsa o jugos que ha soltado cada diez minutos.

El pollo queda de rechupete, pero si tienes alguna sugerencia o quieres hacerme alguna pregunta, puedes escribirme a mi correo del Heraldo de México:  juan.martinez@elheraldodemexico.com , con mucho gusto serán contestadas y tenidas en cuenta todas vuestras opiniones.