La leche condensada es el complemento perfecto para acompañar toda clase de postres, pasteles y frutas, pero ¿sabías que también puede ser el ingrediente estrella de tus bizcochos? Si eres amante de los postres caseros y buscas una opción sencilla y deliciosa, entonces el bizcocho de leche condensada de esta receta te va a encantar, pues se trata de un postre muy fácil de llevar a cabo y bien sabroso.
Este bizcocho destaca por su sabor dulce, su textura esponjosa y su humedad, todo gracias a la leche condensada, que es el ingrediente estrella de la preparación. Una vez que lo tengas listo y lo pruebes, te darás cuenta que es el postre perfecto para acompañar una buena taza de café, para el momento dulce después de la comida o simplemente para cuando tienes antojo de algo rico.
Gracias a la leche condensada del bizcocho, obtendrás un pan muy suave que se deshace en tu boca con cada bocado y tiene una consistencia que te va a encantar. Lo mejor de todo es que no necesitas muchos ingredientes para tenerlo listo; con apenas cinco elementos tendrás un postre húmedo, esponjoso y suave, perfecto para compartir con la familia.
Bizcocho de leche condensada
- 400 gramos de leche condensada
- 50 gramos de mantequilla derretida
- 4 huevos medianos
- 150 gramos de harina de trigo
- 1 cucharada de polvo para hornear
Pasos:
- Precalienta tu horno a 180?°C.
- Bate los huevos junto con la leche condensada, agregándolos uno por uno.
- Añade la mantequilla derretida e intégrala completamente.
- En otro recipiente, mezcla la harina con el polvo para hornear.
- Incorpora la harina a la mezcla de huevos, batiendo hasta que no queden grumos.
- Vierte la mezcla en un molde previamente engrasado y enharinado.
- Hornea durante 45 minutos.
- Deja enfriar antes de desmoldar y disfruta.
La clave para que la masa quede perfecta es batir la leche condensada con los huevos uno por uno, es decir, no podrás agregar otra pieza de huevo hasta que el anterior quede completamente integrado en la mezcla. Esto nos ayudará a que no queden grumos. Además, te recomendamos tamizar muy bien la harina con el polvo para hornear para que esta parte también quede suave.
Procura no cocinar de más tu bizcocho, ya que de lo contrario el pan se secará demasiado en el horno. Por eso debes de sacar tu bizcocho cuando ya esté listo. Puedes saber que está en el punto perfecto si introduces un palillo en la parte más gruesa y, al sacarlo, este está completamente limpio, ya que es un buen indicador de que el centro de tu pastel está completamente cocido.
