Hay ingredientes que simplemente están… y otros que definen. La almendra es de estos últimos: versátil, elegante y profundamente aromática. En su más reciente live para Gastrolab, la reconocida chef Paulina Abascal rindió homenaje a este fruto seco estrella de la repostería mundial con una creación que fusiona técnica francesa, sabor natural y una visión contemporánea de lo saludable: la Canasta de Almendra.
Una receta con intención
Esta propuesta es más que un postre; es un discurso en forma de receta. La base, una masa tipo tulipán, conjuga ingredientes simples pero potentes, donde la almendra ocupa el centro del escenario.
Ingredientes para la pasta tulipán:
- 100 g de azúcar
- 100 g de mantequilla derretida
- 80 g de harina
- 20 g de polvo de almendra
- 3 ml de extracto de almendra
- Almendra fileteada troceada
La mezcla se extiende en finas capas sobre un tapete de silicón, se espolvorea con almendras fileteadas y se hornea brevemente a 160?°C. Al salir del horno, aún caliente, se moldea con precisión para darle forma de canasta, un gesto que combina técnica y artesanía.

Nutrición y textura: el poder de la almendra
Más allá del sabor, la harina de almendra es uno de los grandes tesoros nutricionales de esta receta. Rica en fibra, calcio, hierro, proteína, vitamina E y magnesio, es una aliada poderosa en la repostería sin gluten y consciente. Su textura suave y su perfil sensorial sofisticado la convierten en una opción ideal tanto para recetas clásicas como innovadoras.
Y no olvidemos que un puñado de almendras de 23 piezas aporta grasas saludables, antioxidantes, más proteína que cualquier otro fruto seco y una combinación única de vitaminas y minerales esenciales.
El corazón cremoso: mousse de amaretto
El relleno de esta canasta es un mousse sedoso y aromático que equilibra ligereza, dulzura y textura. Está elaborada con:
Ingredientes para la mousse de amaretto:
- 2 yemas
- 1 huevo
- 50 g de azúcar
- 250 g de queso mascarpone
- 60 ml de licor de amaretto
- 180 ml de crema para batir
- Almendras picadas
Primero se baten las yemas, el huevo y el azúcar a baño maría hasta que espesen. Luego se integra el mascarpone y, en paralelo, se monta la crema hasta punto de picos suaves. Ambas preparaciones se mezclan de forma envolvente junto con las almendras picadas, creando una mousse ligera que se funde con cada bocado.

Un final memorable
El montaje se corona con frutos rojos y flores orgánicas, elementos que aportan frescura, color y armonía visual. Cada bocado es una sinfonía de texturas: la crocancia de la base, la suavidad de la mousse, el crujido de las almendras… todo pensado para recordar que cuando la técnica se une con ingredientes de calidad, el resultado no solo se saborea: también se queda en la memoria.
Con esta propuesta, Paulina Abascal confirma que cuando la técnica se une con un ingrediente de calidad, el resultado no solo se saborea… también se recuerda.